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M. G. M.
Los pueblos más bonitos de España se reúnen en Urueña

Los pueblos más bonitos de España se reúnen en Urueña

Es la primera vez que esta cita se celebra en el centro del país y sirvió para mostrar las excelencias de las villas elegidas

Miguel G. Marbán

Urueña (Valladolid)

Sábado, 7 de octubre 2017

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La histórica villa de Urueña vivió una importante jornada al acoger la feria que, por primera vez, organizó la Asociación de Los Pueblos más Bonitos de España en la zona centro del colectivo. La artesanía, la etnografía, la gastronomía y el folclore fueron durante todo el día los grandes protagonistas en una jornada muy festiva en la que miles de participantes disfrutaron durante todo el día de la belleza de la Villa del Libro y de las milenarias murallas.

El encuentro comenzó con la apertura de puestos en el céntrico corro de San Andrés, donde pueblos como Mogarraz, Chinchón, La Alberca, Valverde de los Arrayanes, Sepúlveda, Ayllón, Candelario, Trujillo, Puebla de Sanabria, Pedraza o Ciudad Rodrigo informaron a sus visitantes de sus excelencias, a la vez que mostraron parte de sus tradiciones, artesanía, gastronomía y folclores. Entre los puestos destacaron los de Urueña, con exposición de productos gastronómicos, con los vinos de la bodega Heredad de Urueña, y los artesanales, entre los que destacaron las labores de bolillos, encajes y costura realizados por amas de casa de la localidad, siguiendo las técnicas heredadas de sus mayores.

M. G. M.

De especial atracción fueron las muestras de folclore de algunos pueblos, como los pasacalles y bailes de los gigantes de Puebla de Sanabria, que, con su gran altura y belleza, llamaron la atención por sus graciosos movimientos, en especial la de los más pequeños.

Poco antes del mediodía tenía lugar la inauguración oficial, en la que el alcalde de la localidad anfitriona, Francisco Rodríguez, abrió el acto expresando que «Urueña es el pueblo más bonito de España, por lo menos hoy», para indicar el orgullo de la localidad de acoger la primera edición de la feria de Los Pueblos más Bonitos de España en su zona centro. Por su parte, el alcalde de La Alberca, Miguel Ángel Luengo, como presidente de los municipios de la zona centro, se dirigió a los presente para recordarles que «somos mundo rural, somos pueblos, somos patrimonio, somos los que hemos conservado lo que tenemos y lo queremos enseñar». El acto, que contó con las diputadas de la comarca Noelia García y Natividad Casares, finalizó con la interpretación del himno de España por la banda de Trujillo.

En la feria estuvo también presente el presidente nacional de Los Pueblos más Bonitos de España, Francisco Mestre, quien destacó la importancia del encuentro «para animar a todos los visitante a que viajen a los pueblos», además de servir para «tener conciencia de nuestra variada cultura y tradiciones, para conservarlas como parte de unos pueblos que están vivos». Mestre lanzó un llamamiento a la Junta de Castilla y León para que ayude más a los municipios de la región que están en la asociación.

También hubo tiempo para el concierto de la banda de música Antonio Flores de Trujillo, el grupo de bailes y danzas de Ciudad Rodrigo, de Candelario, de Ayllón, Castromonte y Torrelobatón, la representación de leyendas populares de La Alberca y la del grupo de diablillos y danzas de Sepúlveda o la teatralización en la que se recreó la estancia de doña Urraza en Urueña.

La jornada congregó a muchos de los alcaldes de los pueblos de la zona centro de la asociación, como los de Trujillo, Sepúlveda, Ayllón, Puebla de Sanabria, Ciudad Rodrigo, Mogarraz o Yanguas. Todos estuvieron de acuerdo en expresar la importancia de estos encuentros, «ya que además de la promoción turística sirven para formar una red, para estar en contacto y conocer otras experiencias y poder mejorar en temas como el turístico», según expresó el alcalde de Puebla de Sanabria, José Fernández. Para muchos visitantes, la de ayer fue su primera visita a la villa de Urueña, de ahí que algunos mostraran su gran sorpresa, como fue el caso del alcalde de Trujillo, Alberto Casero, quien explicó que, además de la impresión por las monumentales murallas o la belleza de la ermita de la Anunciada, le había llamado de una manera especial las librerías de la villa de Libro «como una forma más de evitar la despoblación».

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