'Puceliner', la revista fantasma que reúne las mejores ilustraciones de Valladolid
El colectivo Valladolid Dibuja difunde por Instagram portadas de una publicación inexistente al estilo 'The New Yorker', mientras abre una exposición física en Galerías VA
La revista 'Puceliner' existe, aunque en realidad nadie la puede leer. Acaba de salir su número 78, aunque no haya lectores que la vayan a ... disfrutar. Su edición más reciente está dedicada a los rastrojos castellanos, la maleza mesetaria, las flores de cuneta, pero no hay manos que pasen páginas, ojos que recorran textos, miradas que se entretengan en fotos, entrevistas o reportajes… Y todo, porque la revista 'Puceliner' se agota en la portada. No hay nada más allá de la creatividad de su escaparate. 'Puceliner' es la revista fantasma de Valladolid. El magazine imaginario de la ciudad. Un trampantojo de quiosco. Una publicación (con su título, su mancheta, su periodicidad quincenal) que no tiene más páginas que su portada virtual.
«'Puceliner' es una revista inventada que tiene su inspiración en las portadas del 'The New Yorker', donde publican los mejores ilustradores del mundo», explica Joaquín Aragón, portavoz de Valladolid Dibuja, el colectivo que está detrás de esta iniciativa difundida a través de la red social Instagram. «Las portadas de 'The New Yorker' son una fuente constante de inspiración», cuenta. Una muestra periódica de burbujeante creatividad. Nacida hace justo un año, en 1925, 'The New Yorker' publica críticas, reseñas, reportajes cotidianos y artículos de investigación. Sus portadas ilustradas son todo un referente artístico. Y la revista ha sido inspiración para proyectos como 'Pucelinier'. O 'The Parisianer', una revista ficticia en la que colaboran doscientos artistas franceses.
«Nosotros no tenemos revista. Es tan solo la portada. Pero la hemos diseñado como si existiera». Por eso, cada quince días, un ilustrador vallisoletano (o invitado a participar) se encarga de ilustrar el 'Puceliner'. Este «proyecto colectivo de ilustración que rinde homenaje a Valladolid» nació el 9 de marzo de 2022. El número uno, con ilustración de Joaquín Aragón, era un recuerdo a la figura de Miguel Delibes. Después, han venido los salvajes del Museo de Escultura, la escultura de Rosa Chacel en Poniente, La Antigua, la Academia de Caballería, el Pasaje Gutiérrez, el Tío Tragaldabas o el Puente Colgante. En los 'post' de Instagram, junto a la portada, el ilustrador responsable escribe un pequeño texto en el que explica el proceso creativo y la chispa de la que prendió la inspiración. Es, dicen desde Valladolid Dibuja, una forma de presumir de ciudad (de la belleza de sus paisajes y la raíz de sus tradiciones) y, al mismo tiempo, de ensalzar la labor de los artistas locales.
Esta iniciativa virtual de Valladolid Dibuja comparte estos días protagonismo con la vertiente física de su actividad. Galerías VA, el centro creativo de la calle López Gómez, acoge hasta finales de mes una exposición (40 artistas, cerca de 120 obras) que muestra el resultado de las quedadas que, una vez al mes, organiza este colectivo de artistas. Dibujantes aficionados y profesionales se citan de forma mensual (normalmente el último domingo de cada mes) para recorrer la ciudad y atraparla en las páginas de una libreta o un cuaderno de dibujo. Este movimiento (habitual en otras ciudades) llegó aquí en enero de 2011. Su primer encuentro fue en el Museo de la Ciencia. Después vinieron muchos más. Espacios al aire libre, pero también en el interior de los museos. Cada participante acude con su cuaderno y, durante unas pocas horas, se pone a pintar. Ahora, muchas de esas páginas son rescatadas del corazón de la libreta, del secreto que guardan los libros cerrados, y saltan a las paredes de Galerías VA en forma de exposición.
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«Hemos invitado a los participantes del grupo a mostrar algunos de esos trabajos», dice Aragón. Y el resultado es una mirada curiosa y heterogénea a Valladolid. El visitante de la muestra puede encontrarse estampas como la estatua en la Casa de Zorrilla o el parque Ribera de Castilla, La Granja de Villa del Prado y la bola del mundo de la plaza de España, el mercado del Campillo o las Arcas Reales. Hay también recuerdos de personajes vallisoletanos, como Pepe Relieve (retratado en una Feria del LIbro Antiguo del año 2012), y de lugares míticos, como las vistas que se tenían de la ciudad desde la cafetería de El Corte Inglés de Constitución, o el interior del mítico Penicilino, en una ilustración del 26 de enero de 2020, apenas unas semanas antes de la pandemia que nos encerró en casa.
Algunas de las ilustraciones son apuntes al natural, en el mismo escenario. Otras, son recreaciones a partir de los recuerdos, como las dibujadas después de visitar el Museo Patio Herreriano o el de Ciencias Naturales. La ilustradora Lea David contribuye a la muestra con una acuarela de la Casa Cervantes y dibujos (con boli 'pilot') del Museo de Arte Africano o el Campo Grande. Curro Berrocal Rubio ha aportado dos dibujos (con pastel y tinta) de los murales artísticos del barrio de San Pedro Regalado y un dibujo a rotulador del Museo Oriental. Son dos de los cuarenta ilustradores implicados en esta exposición ecléctica (tanto de técnicas, firmas y escenarios). «Es una forma de mostrar lo que hacemos en este grupo informal, porque en realidad no somos asociación», asegura Aragón, coordinador de 'Puceliner' y de esta exposición en Galerías VA.
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