«La villa romana de Almenara es única, una joya que tenemos la obligación de cuidar»
Laura Martín Ramos. Directora de Almenara-Puras ·
El «handicap» del castillo de Fuensaldaña y del Museo es la movilidad, por lo que buscarán alternativas «originales»Está donde «quiere estar». Desde hace décadas, Laura Martín Ramos (Valladolid, 1971) trabaja a contrarreloj para demostrar que la provincia de Valladolid es una tierra ... que «merece ser visitada». Hace ahora un mes, la Diputación se decantó por su proyecto para coger las riendas del Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras y del castillo de Fuensaldaña.
Su forma de concebir el territorio, basada en la «potencialidad y ubicación geográfica» de ambos espacios, terminó por convencer al órgano de selección. «Me presenté porque me llamaba muchísimo la atención la posibilidad no solo de ser una mera transmisora del patrimonio, sino de bajar al ruedo y pasar también a gestionarlo», afirma Martín, licenciada en Geografía e Historia por la UVa y exdirectora del Centro de Idiomas de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
Reconoce que desde que llegó no ha «parado». Conocía las instalaciones porque las ha «visitado muchísimo», pero no el trasfondo. El trabajo, dice, es «abrumador». Acaba de aterrizar. Aún le queda «mucho que hacer y aprender» sobre el funcionamiento de los centros. Pero, de momento, si hay algo de lo que está convencida es de las estrategias que quiere seguir en Almenara-Puras y Fuensaldaña para «potenciar» y exprimir al máximo los recursos que ofrecen.
Sabe que son un diamante en bruto. Que con una mayor labor de difusión «muchísima más gente» acudirá a estos espacios. «Cada vez vamos a hacer más actividades que van a resultar más atractivas», apostilla. Hasta la fecha, lo que su equipo ha hecho ha sido seguir la senda marcada por su predecesor, pero los próximos meses serán definitivos para dar el impulso que creen que necesitan. La villa romana y la fortaleza de Fuensaldaña son «completamente diferentes», pero en ambos espacios se persigue un objeto común:«incrementar el número de visitantes».
Almenara-Puras es la «joya de la corona». «Única en su especie» y de un valor «incalculable». El año pasado recibieron en torno a 20.000 visitantes. Por ello, explica, la Diputación tiene la «obligación de cuidarla. «Está entre las diez villas romanas mejor conservadas de España; hay que cuidarla porque castillos tenemos muchos, cerca de cuarenta, pero el Museo es único, un baluarte de la cultura clásica».
El «gran handicap» de ambos espacios es el desplazamiento. Tratarán de buscar «formas originales» de movilidad como bicicletas o taxis compartidos para que los usuarios pasen allí más tiempo y puedan compaginarlo, por ejemplo, con las nuevas actividades que se plantean con las Denominaciones de Origen de Cigales y Rueda. «Implicará comer y degustar vinos, por lo que tenemos que estudiar otros sistemas y llegar a acuerdos con empresas de transporte».
En cuanto a las mejoras que prevén poner en marcha a lo largo del año, destaca la ampliación del parque infantil y crear una zona de merendero –con sombra– para que, quienes decidan visitarlo, «pasen allí unas cuantas horas». Otro de los objetivos, apunta Martín, es consolidar la programación de verano y «retomar» algunas actividades realizadas con anterioridad, como el cine de romanos –que buscan hacerlo al aire libre–, teatralizaciones o la visualización de estrellas durante las noches.
Primer aniversario
El castillo de Fuensaldaña está de celebración. Hace un año, la Diputación reabrió las puertas de esta fortaleza, conocida como el 'castillo de los castillos'. Durante este tiempo, más de 25.000 personas han transitado por sus habitaciones. La intención es impulsarlo como centro de interpretación de referencia, que ejerza como «puerta de entrada» para recorrer la provincia. Uno de los proyectos que prevén, aún sin fecha de ejecución, es la creación de una «buena biblioteca» en la Torre del Homenaje.
Asimismo, les «gustaría» implementar actividades interactivas, como un tutorial de bailes medievales «con la posibilidad de que la gente se disfrace». Los más pequeños, además, podrán construir su propio castillo a partir de una serie de piezas. «Todo lo que hagamos será sostenible, y hay que hacerlo con tiempo».
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