Vencido por tres hermanas de 93, 97 y 100 años

La pandemia del nuevo coronavirus ha dejado en nuestra sociedad momentos dramáticos, de tristeza inconsolable por la pérdida de cientos de vidas humanas, pero también algunas buenas noticias. Esto último ha ocurrido en La Seca, donde tres hermanas de avanzada edad –Valentina, Felisa y Martina Vidal Obregón, de 100, 97 y 93 años, respectivamente–, vecinas y nativas de la localidad, han logrado superar la covid-19.

Las tres se encontraban en la residencia Villa de La Seca cuando la enfermedad atacó el centro, para angustia de sus allegados. Valentina, Felisa y Martina forman parte de una de las familias más numerosas de La Seca, la Vidal Obregón, pues eran nueve hermanos de los que actualmente viven seis. Son tres mujeres luchadoras, pues ya desde muy niñas tuvieron que trabajar en las labores del campo. Durante la Guerra Civil ayudaban diariamente a su padre, agricultor en aquellos tiempos de hambre, además de repartir comida a sus vecinos y hacer pan que compartían con los que no tenían nada. Vivieron la posguerra, años también duros donde formaron sus familias y continuaron luchando por salir adelante, y ahora han sufrido la pandemia más grave que se recuerda en un siglo.

En torno al pasado 20 de febrero, la dirección de la residencia donde vivían comunicó a los familiares de las tres hermanas la suspensión de las visitas, ante el temor y la incertidumbre por la aparición de un virus que ocasionaba graves problemas de salud a las personas mayores. La realización de los test a los residentes, cuando estuvieron disponibles, dio como resultado 22 positivos en covid entre los que se encontraban Felisa y Martina, a la que días después se unió Valentina. Lo siguiente fue comunicar telefónicamente a los hijos de Felisa que su madre estaba muy grave, dándoles la opción de despedirse de ella mediante la utilización de un EPI.

Sin embargo y contra todo pronóstico, el pasado 29 de mayo Felisa pudo cumplir 97 años y compartir ese momento con sus parientes por videollamada, bailando y cantando «a su manera», e incluso transmitiéndoles su deseo de ir a comer un helado a la terraza del bar que frecuentaba. Como consecuencia de sus problemas de corazón, hígado y otras enfermedades, como la demencia senil, sus familiares la han llevado al hospital hasta en tres ocasiones por estar muy grave, aunque los médicos se lo desaconsejaban. Y ahora a su historial médico pueden añadir que de la covid-19 también se sale, aun a pesar de tener más patologías.

Valentina, la mayor de todas, cumplirá en noviembre 101 años y está a la espera de los resultados de la última prueba de coronavirus que le han realizado. Felisa y Martina ya tienen confirmación del negativo y están curadas.

Sus allegados las ven todos los días a través de una videollamada, pero esperan poder ir a visitarlas personalmente pronto, aunque no puedan acceder a la residencia y tengan que saludarlas desde el exterior. Mientras tanto, todas las mañanas, el personal del centro les informa de su estado.

Hasta hace poco las tres protagonistas de esta historia con final feliz convivían en la misma residencia, pero Valentina sufrió una rotura de cadera y debido a ello le tuvieron que desplazar a otra residencia de Valladolid. Hasta ese momento siempre habían estado juntas, conscientes de la relación que las une como hermanas y llevándose muy bien.

Sus familiares destacan que lo vivido por Martina, Felisa y Valentina es un mensaje esperanzador para todas aquellas personas mayores que se encuentran en residencias, luchando contra el virus. Les piden que no se den por vencidas, porque se le puede vencer.