El doctor Juan Pradera, en el centro, rodeado de la corporación, durante su homenaje de despedida L. NEGRO
Valladolid

Torrelobatón muestra su cariño a su médico

Juan Pradera Leonardo, se jubiló el martes 6 de diciembre, tras 41 años de dedicación sanitaria y personal al municipio. La corporación y los vecinos le despiden con un bonito homenaje

Laura Negro

Valladolid

Jueves, 8 de diciembre 2022, 19:27

Las muestras de respeto y cariño de los pueblos a sus profesionales sanitarios, son una costumbre habitual en el mundo rural, como señal agradecimiento por ... los servicios vitales prestados. Buena muestra de ello, es el homenaje que se celebró en Torrelobatón hace unas semanas, y que tuvo como protagonista a Juan Pradera Leonardo (Valladolid, 1952), el que ha sido su médico durante 41 años por su jubilación, que se hizo efectiva el pasado martes 6 de diciembre.

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La corporación y los vecinos se dieron cita en el salón de plenos del Ayuntamiento para hacerle entrega de una placa y dedicarle unas palabras gratitud por la labor desempeñada y desearle lo mejor en su nueva etapa jubilar. «Llegaste muy joven a Torrelobatón, con tu maleta llena de proyectos e ilusiones», le dijo Natividad Casares, alcaldesa del municipio. «Deseamos que este periodo que emprendes, sea el punto de partida para nuevos y enriquecedores retos personales», agregó la regidora torreña. Las muestras de aprecio al doctor fueron muy numerosas y él, visiblemente emocionado, agradeció a los vecinos, el reconocimiento hacia su persona, por arroparle en su último día de consulta y en este acto, que para él fue toda una sorpresa.

Vecinos de Torrelobatón que acudieron a despedir al que ha sido su médico durante 41 años L. NEGRO

Pradera Lonardo, es también médico de cabecera en las localidades de Barruelo del Valle, Torrecilla de la Torre y San Pelayo, además de coordinador en el centro de salud de Tordesillas, durante los últimos 21 años. Hijo de enfermera y sobrino de oftalmólogo, desde muy joven se sintió atraído por la medicina y la atención al paciente. Al terminar la carrera hizo sustituciones en Renedo y Camporredondo y al poco, llegó como médico interino a Torrelobatón. Su primera y definitiva plaza. «Enseguida aprobé las oposiciones y allí me quedé. He tenido muchas oportunidades de cambiar de destino, pero nunca he querido hacerlo. En esta profesión es difícil encontrar un médico que lleve 41 años en el mismo puesto de trabajo. Yo me quise quedar, porque siempre he estado muy cómodo y a gusto en este pueblo», dice este profesional de la salud. «He cumplido con mi trabajo durante estos años y verme rodeado de tantos vecinos en mi despedida ha sido algo muy emocionante. No me lo esperaba en absoluto», señala con voz entrecortada.

El momento más complicado que le ha tocado vivir en estas cuatro décadas de servicio, ha sido la pandemia. Especialmente cuando en agosto de 2020, un grave brote disparó la incidencia de casos en Torrelobatón. Gracias a él, pudo controlarse a tiempo. «Me pilló en vacaciones y los contagios subían de forma alarmante. Era una situación totalmente desconocida para nosotros y desde el Centro de Salud de Tordesillas, conseguimos que Torrelobatón fuera el primer pueblo de Castilla y León, en el que se hizo un rastreo masivo. Salieron un montón de casos. Prácticamente todo el pueblo estaba contagiado. A partir de ese rastreo, se empezaron hacer en muchos más pueblos», recuerda.

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La alcaldesa de Torrelobatón y su corporación dedicando unas palabras al doctor Pradera LAURA NEGRO

A su consulta, sus pacientes acudían para buscar solución a los problemas de salud, pero también para aliviar muchas de sus preocupaciones. Eso, a Pradera, le ha hecho crecer como médico y como persona. «Lo que más me gusta de mi profesión es el trato directo con los pacientes, a los que conozco de toda la vida. Sé lo que les pasa y conozco a cada uno como la palma de mi mano», dice este apasionado del mundo rural, que reconoce que la medicina rural, tal y como está planteada actualmente, «tiene fecha de caducidad». «Como no haya cambios, la medicina rural, se muere. Las estructuras que funcionan son muy antiguas. Hay dar un vuelco al sistema», opina este médico tan entregado, que nunca olvidará los aplausos y el cariño que se lleva de sus vecinos de Torrelobatón.

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