Restaurada la losa frontal de la fuente de la Virgen Chiquitita de Peñafiel
La Asociación Histórica Cultural Torre del Agua celebró un acto de presentación en el que también se habló de la historia de esta Virgen y su arraigo en la localidad
La Asociación Histórico Cultural Torre del Agua, de Peñafiel, presentó este viernes la recuperación y restauración que ha llevado a cabo de la losa frontal ... de la fuente de la Virgen de la Fuensanta -o Virgen Chiquitita, como se la conoce popularmente-, un acto abierto al público que se desarrolló -este viernes- en el Museo de Arte Sacro de la Localidad, ubicado en la iglesia de Santa María de Mediavilla y en cuyo atrio se muestra ahora la citada losa.
La piedra coronaba la fuente, surtidor que todavía sobrevive a duras penas en el lugar donde se ubicó la ermita de la Fuensanta, a las afueras de Peñafiel, a un buen trecho, en el conocido como el pinar de San Pablo. Entre la maleza y en estado de avanzado deterioro aparece la arquitectura de la fuente a la que se atribuían facultades milagrosas, algo que se refleja en la lápida rescatada. En ella se puede leer, en letras mayúsculas, lo siguiente: `Qualquier enfermo que beba de esta fuente soberana con fe viva luego sana año de 1661´. Además, la piedra, consta de dos orificios: uno en el que estaba el caño y el otro -situado a un nivel más alto-, como se comentó en la ponencia del viernes, que serviría para apoyar una mano y así poder agacharse para beber directamente, con la boca, del citado caño.
El primero en intervenir, en abrir el acto, fue el historiador local Jesús de la Villa, quien puso contexto a la Virgen de la Fuensanta con otras del entorno con las que comparte analogías y patrones, como pueden ser la forma en la que aparecieron sus imágenes -cómo fueron encontradas- y las atribuciones milagrosas de las que fueron revestidas. Tallas como las de la Virgen del Henar, la Soterraña o la Virgen de la Fuencisla. La aparición de las imágenes de la Virgen en la Edad Media era muy habitual, sostuvo el historiador.
A la fuente de la Virgen de la Fuensanta se le atribuían propiedades sanadoras, y a la Virgen la facultad de hacer llover en momentos de sequía, algo que sucedía tras las rogativas, novenas y triduos correspondientes a ella. Es más, como anécdotas, durante la exposición que realizó el presidente de Torre del Agua, Jesús Tejero -quien relató la historia de la Fuensanta, de su ermita y, por supuesto, de la fuente milagrosa y la losa recuperada-, cuando en vez de a la Virgen Chiquitita se rogaba y se sacaba en procesión a otras imágenes devocionales -ya fuese otra Virgen o un Cristo, como explicó que sucedió en un par de ocasiones-, en vez de llover granizaba o la lluvia caía pero no en Peñafiel, sino en los alrededores de su término.
Se estima que la devoción a esta Virgen pudo surgir a finales del siglo XIV y principios del siglo XV, Virgen que se conserva y venera en la iglesia del convento de San Pablo, monasterio -ahora de Padres Pasionistas desde finales del siglo XIX- fundado y regido durante varios siglos por la orden dominica, y al cual pertenecía el lugar donde apareció la Fuensanta y donde se erigió su ermita y fuente. Sus facultades milagrosas hizo que fuese objeto de disputa y conflicto entre los dominicos y los franciscanos, quienes también tenían un importante monasterio en Peñafiel. Es más, las autoridades civiles también participaron de esas vicisitudes por hacerse con su propiedad. De hecho, como expuso Tejero, de no haber sido por estos conflictos esta Virgen podría haber sido la patrona de la localidad. Asimismo, Tejero expuso que el documento más antiguo que existe sobre la Fuensanta es de un notario que dice que la propiedad de la Virgen era de los dominicos.
Existió una populosa romería hasta la ermita, ya desaparecida: romería y templo. Debió de ser tanto que incluso hubo quien, dentro de la iglesia, la calificó de `ramería´, señaló, como dato curioso, el presidente de Torre del Agua, quien en su intervención aportó una rica y detallada información sobre todo lo que rodea a la Virgen de la Fuensanta. También dio a conocer la primera fecha documentada en la que se habla de su cofradía, en 1882, cofradía que todavía existe y que mantiene la procesión con la que se honra cada año a la Virgen de la Fuensanta o Chiquitita, conocida con este apelativo cariñoso por su diminuto tamaño, de entre 10 y 15 centímetros y tallada en madera, en relieve.
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