Cualquier remedio vale con tal de espantar la covid
UN JULIO DIFERENTE ·
Urueña se llena de espantapájaros confeccionados por los propios vecinos en un taller de actividades de veranoLa literatura convirtió al espantapájaros en el protagonista de relatos y novelas, siendo el más popular el del cuento 'El maravilloso Mago de Oz', de L. Frank Baum, llevado al cine en 1939 con la famosa película musical de Víctor Fleming. En el cuento, este espantapájaros quiere pedir un cerebro al Gran Mago. Durante estos días las calles de Urueña se llenan por segundo año consecutivo de estos tradicionales muñecos, que, con su forma humana y sus trapos viejos, fueron una imagen habitual en el medio rural de otros tiempos con el fin de ahuyentar de los cultivos a los pájaros.
Unos espantapájaros que asaltan a vecinos y visitantes para despertar una sonrisa ante algo singular, antes de ser fotografiados, pero también se convierten en un motivo de reflexión para pensar que, en este extraño verano de mascarillas y distancias de seguridad, sean también un original amuleto para ahuyentar el temible contagio de la Covid 19. No faltarán los que al observar los espantapájaros en las puertas, balcones y ventanas de la Villa del Libro vean una apelación, en estos días de incertidumbre, a la necesidad de sentido común, precaución y prudencia, es decir al cerebro que pedía el personaje de 'El maravilloso Mago de Oz'.
La iniciativa surgió el pasado año como parte de uno de talleres del programa de actividades de verano del Ayuntamiento. Los monitores, Ana Espinilla y Sergio Pérez, se propusieron que los niños supieran algunas de las tradiciones de los pueblos, entre las que se encontraba la de los espantapájaros. Entonces, como una actividad intergeneracional, se animó a que en cada casa, entre grandes y pequeños, se realizara una de aquellos populares muñecos para ser colocados en las fachadas. La propuesta fue muy bien acogida y las calles de Urueña se llenaron con más de 30 espantapájaros, con distintos tamaños, técnicas y formas, todos ellos de gran originalidad.
Ahora, muchos de aquellos espantapájaros han sido desempolvados de trasteros y almacenes para salir, junto a otros nuevos, a la calle hasta el próximo 10 de agosto y añadir a la villa amurallada un atractivo más a los muchos que posee. El alcalde, Francisco Rodríguez, explica que «era muy importante que la actividad no se perdiera con el fin de que acabe siendo una cita de los veranos de Urueña». Rodríguez también valora la iniciativa como «una forma de que las familias tengan un entretenimiento seguro realizando el espantapájaros y colocándolo en las fachadas de sus casas».
El taller de espantapájaros se engloba en el programa de actividades que el Ayuntamiento carrasqueño, la Diputación de Valladolid, el Centro e-lea, la empresa Anima Ocio y la Asociación Amigos de Jesús Negro de Paz ofrecen a vecinos y veraneantes, sin que este año se celebre una de sus propuestas más atractivas con la Noche del Terror.
El programa de actividades de este verano incluye un taller para fabricar y volar cometas, que correrá a cargo del director del Centro e-Lea, Luis Eduardo Valdés. También se realizan semanalmente actividades de senderismo, donde tanto pequeños como mayores disfrutan de la naturaleza y de los paisajes de Tierra de Campos y Montes Torozos.
De nuevo, se organizará una ruta de cicloturismo en la que se leerán capítulos de 'Mi querida bicicleta', de Miguel Delibes, en el año del centenario de su nacimiento. Tampoco faltará alguna velada nocturna para disfrutar de cine al aire libre junto a la centenaria muralla.
Los monitores Sergio Pérez y Ana Espinilla son los que hacen realidad todas las actividades, sin olvidar que «debido a la pandemia que estamos sufriendo nos enfrentamos a un verano atípico, por lo que tenemos que extremar las medidas sanitarias y tomar las máximas precauciones, reduciendo el número de participantes, ampliando espacios y realizando con la misma ilusión de que siempre actividades adaptadas a la situación».
Mientras tanto, los monitores animan a niños, mayores y vecinos a dar vida a un muñeco, «con vuestras propias ideas e imaginación, ropa y trapos viejos».