Los quintos torreños corren las cintas de carnaval
Los mozos y mozas del municipio cumplen con una de sus tradiciones más arraigadas con este torneo a caballo
Los 'quintos' han sido y siguen siendo, una de las tradiciones más arraigadas en muchos pueblos de España. También en Torrelobatón, donde su estampa es ... muy familiar y cercana. En fechas como el carnaval, en las que el pueblo tiene un aroma especial a orejas y aguardiente, los quintos se apoderan de las calles para hacer su fiesta grande. El término 'quintos' es de origen militar. La quinta era el reemplazo de soldados que cada año se incorporaba al ejército, todos ellos, nacidos en el mismo año. Los días de 'mili' pasaron a la historia, sin embargo, la tradición de los quintos sigue intacta desde antaño. Desde hace décadas también la celebran las féminas. En la mañana del martes de carnaval, ocho jóvenes de Torrelobatón, David, Alberto, Jacobo, Fátima, Henar, Laura, Inés y Alba, vivieron el que será uno de los días más importantes de sus vidas. Cumplieron así, con una de las tradiciones más arraigadas de la villa, correr las cintas a caballo.
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A las 11 de la mañana y con los nervios a flor de piel, los jóvenes jinetes se dieron cita en la Plaza Mayor del pueblo. De allí partieron todos juntos, acompañados del sonido de las dulzainas, hasta el camino de Velliza, donde tuvo lugar el tradicional torneo. Numerosos familiares, amigos y vecinos acudieron para presenciar este ancestral torneo. Dos postes, uno a cada lado del camino, sostenían una soga de la que pendía un cajón de madera, que contenía las cintas de colores. Tras una pasada al trote para reconocer el terreno, los quintos fueron cogiendo confianza y arreciando el paso de sus caballos, mientras intentaban enganchar las cintas con sus afilados punzones.
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El primero en demostrar su puntería fue Jacobo. Su madre, Elena, corrió a atársela en el brazo, tal y como manda la tradición. Poco a poco todas las cintas fueron saliendo. En la última vuelta se colocó la más preciada por todos, 'la de los puros', con los colores de la bandera nacional. Fue Fátima quien logró engancharla arrancando los aplausos del público. Se trata de una cinta-trofeo que conlleva un convite, el de invitar a todo el pueblo a puros.
Ya terminado el torneo, todos juntos acudieron hasta la explanada de castillo donde se hicieron fotos para el recuerdo y compartieron su alegría con los suyos. Los quintos celebraron una comida de hermandad y siguieron celebrando con fiesta, baile y haciendo repaso de la emocionante jornada vivida.
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