Valladolid

El primer toro del cajón del Rosario en Villabrágima reúne el sábado por la noche a cientos de aficionados

Pasaban a las doce de la noche de sábado, cuando, desde el cajón situado en la parte inferior del histórico arco, seña de identidad de la localidad, saltó Gaviota, un novillo de Weimar Toros, que recorrió una y otra vez el espacio de la plaza Mayor, junto a la iglesia de Santa María, y la calle Mariano Mateo hasta la plaza del Palacio, en un recorrido custodiado por talanqueras. El novillo dio muy buen juego a los aficionados con importantes arrancadas, arremetiendo contra las talanqueras. El presidente de la Asociación Taurina Virgen del Rosario, Ernesto Lorenzo Cebrián, calificó de muy positivo el festejo, a la vez que señaló que la idea es que tenga continuidad, siempre «con el fin de que la afición disfrute y haya más cosas en el pueblo».

El toro del cajón daba lugar al mejor ambiente festivo con la macrodiscoteca Escarlata, que se prolongó hasta altas horas de la madrugada. Ya el domingo, se celebraba a primera hora de la mañana en pagos cercanos a la localidad el encierro por el campo, que estuvo marcado por la presencia de la lluvia, lo que, sin duda, mermó el numero de caballistas y espectadores de un festejo en el que el empresario César de Castro soltó el novillo del cajón y dos vacas bravas, con las que disfrutaron con nuevas arrancadas la treintena de jinetes presentes. El encierro dio paso a la actuación del grupo flamenco Agüita Salá.

Por la tarde, llegó la tristeza cuando la lluvia persistente impidió que, tras la novena y el rosario, la Virgen del Rosario pudiese, como cada primer domingo de octubre, procesionar por las calles de la localidad desde la iglesia de San Ginés con la presencia de la reina y las damas de las fiestas. La actuación del grupo D´Alma en la cervecería Judería puso punto final a las fiestas. Este lunes, festividad de la Virgen del Rosario, habrá misa a las 13 horas y procesión a las 18.00 horas.

La fundación de la Cofradía de Labradores de la Virgen del Rosario de Villabrágima, tal y como consta en su libro primero, la realiza el prior del Convento de San Pedro de Rioseco, de la Orden de Predicadores, el 29 de mayo de 1746. En su octava constitución vuelve a hacer memoria de la celebración de las fiestas, recordando que «los cofrades deben celebrar todas las fiestas de la Virgen y en especial la principal de esta cofradía que como va dicho es el primer domingo del mes octubre señalada por San Pio Quinto, y después confirmaron Gregorio Décimo y Clemente Octavo, por día deputado para la fiesta del Rosario».