Un municipio moderno y hospitalario

Arroyo de la Encomienda puede sentirse muy orgulloso de su patrimonio físico. Un municipio referente en zonas verdes, con las mejores y más punteras instalaciones, un urbanismo moderno y de vanguardia. Todo ello es importantísimo en el Arroyo de ahora, pero los arroyanos atesoran un patrimonio más profundo, más relevante si cabe que las grandes estructuras de acero y cristal o la siempre deseable riqueza arquitectónica del pasado que representa a la perfección nuestra iglesia románica de San Juan Evangelista.

Arroyo se siente orgulloso de sus tradiciones, sigue siendo depositario de la herencia de nuestros ancestros. Los usos, expresiones y costumbres dan forma a un pueblo. Alrededor de Arroyo y La Flecha hemos ido conservando, creciendo y sumando. Se dice de Madrid que es la ciudad en la que nadie se siente extraño. Ese es el sentimiento que provoca Arroyo de la Encomienda. Llegué hace más de 26 años y desde el primer día me he sentido un arroyano más. Y así, cientos de vecinos llegados de los más variados lugares. De los trece que se cuenta habitaban estas tierras en el siglo XVIII a los más de 20.800 de hoy y que han convertido nuestras calles en una suma de sensibilidades, culturas e inquietudes. Arroyo de la Encomienda es un lugar de intercambio cultural, social y de tradiciones tan añejas como contemporáneas.

Las fiestas de San Antonio en La Flecha acaban de cumplir 60 años y con las de San Juan en Arroyo, nos reúnen en un sentimiento de vecindad. Nuestros dos núcleos señeros han sabido sumar a los nuevos vecinos a nuestras tradiciones: rosquillas de solteras y casadas, diana con el mozo viejo, los peñistas con los pucheros y las cintas, las comidas populares.

Todo esto representa un acervo cultural profundo, pero es nuestra seña de identidad en forma de la más absoluta modernidad lo que nos permite que sea así. El respeto a los mayores por los más pequeños, la solidaridad bien entendida –sin confundir con la beneficencia– es uno de los más importantes hitos a la hora de describir nuestro patrimonio inmaterial.

Somos un municipio que no renuncia a su historia y al sabor de jugar a la calva o la tanga o disfrutar de la matanza y lo hace desde la más absoluta modernidad. Ahí está el valor esencial del patrimonio inmaterial de Arroyo de la Encomienda. Vivir aquí, respirar sus calles, conocer nuestra idiosincrasia es vivir lo que en otros muchos lugares solo es un anhelo. Que nuestra población sea una de las más jóvenes de España nos dota de una perspectiva sobre la realidad absolutamente envidiable. Aquí no se plantea el cambio climático como algo todavía por asumir, sino que nace de la sensibilidad de nuestras gentes y el intercambio cultural no es una teoría sobre el papel sino una realidad palpable entre nuestros vecinos.

Arroyo es uno de los municipios más actuales de toda España pues en eso lo convierten sus vecinos. Ser modernos no es cuestión solo de disponer de más y mejores instalaciones culturales o sociales, sino de que la sociedad que las sostiene haga suyos esos valores. Eso es de lo que Arroyo de la Encomienda se siente más orgulloso y satisfecho, del patrimonio inmaterial que la convivencia entre sus vecinos nos aporta como municipio y como sociedad.

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