Peñaflor de Hornija restaura patrimonio con energía verde
La localidad destina a la conservación de su patrimonio el dinero que obtiene por la instalación de aerogeneradores en el término municipal
Es primera hora de la mañana y en el exterior de la iglesia de Santa María de la Expectación, en Peñaflor de Hornija, se ... escucha un ruido acompasado y suave. Es el de un cepillo y un formón de carpintero. También se aprecia un inconfundible olor a cola y barniz. Desde hace semanas, el conservador y restaurador Manuel Grueso y el carpintero, restaurador y tallista Raimundas Chomicius, afincados temporalmente en el municipio, empiezan temprano su jornada para trabajar en la restauración de los retablos laterales de la iglesia, que están dedicados a San Sebastián y a la Inmaculada. Pertenecen los artesanos a la empresa salmantina Uffizzi Conservación y Restauración de Bienes Culturales, contratada por el Ayuntamiento de Peñaflor. Trabajan en una misión con un presupuesto de 42.592 euros y financiada en su totalidad por el Consistorio peñaflorino.
Ambos altares, los más antiguos de la iglesia, tenían importantes desajustes estructurales debidos al paso del tiempo y a la humedad que durante siglos ha sufrido esta iglesia, declarada Bien de Interés Cultural en 1997. Su deterioro también es fruto de procesos inadecuados de conservación y restauración previos al actual y de las diferentes obras llevadas a cabo en el edificio.
Además de los dos altares, el Ayuntamiento también se ha encargado de restaurar las esculturas policromadas de San Sebastián, San Roque, Santiago a caballo, San Antón, San Juan Evangelista, San Antonio de Padua y San Isidro Labrador.
«Tras algunos arreglos y restauraciones en el edificio, ya que disponíamos de un fantástico continente, ahora debíamos preocuparnos del contenido. Así, en 2019 llevamos a cabo la restauración del retablo mayor con la ayuda de la Consejería de Cultura de la Junta. En aquella ocasión, la inversión fue de 71.231 euros. En la actualidad, dada la urgencia, no debíamos esperar a que saliera una línea de ayudas y el Ayuntamiento asumirá el 100% del coste de la restauración de los altares y de las imágenes», destaca Juan Antonio Gutiérrez Ferrero, alcalde del municipio.
En los últimos años, el Consistorio se ha encargado también de mantener y poner en valor otros recursos patrimoniales de la localidad, como la ermita del Cristo de las Eras, completamente restaurada con la colaboración de la Diputación y las cofradías. «Para el Ayuntamiento supone un importante esfuerzo, pero lo hace gustoso con el fin de mantener nuestro legado cultural para las generaciones futuras. Fue una decisión de consenso entre todos los miembros de la corporación. La mayor parte de nuestros ingresos municipales proviene de los aerogeneradores que hay instalados en el término municipal. Ese dinero que recibimos de los molinos lo destinamos a nuestro más preciado tesoro, nuestros recursos artísticos», añade.
El párroco de Peñaflor, Javier Vidal, destaca lo «variado y rico» del patrimonio local y la buena disposición del Ayuntamiento a la hora de financiar la iniciativa. «Desde la parroquia llevamos años promoviendo la recuperación del edificio, de los altares, de los elementos de orfebrería y del vestuario litúrgico. Es un proyecto ambicioso y a largo plazo. Algunas de las actuaciones las hemos financiado con recursos propios, otras veces con aportaciones vecinales y también a través de convenios con la Junta, la Diputación y el propio Ayuntamiento. Son instituciones cuya responsabilidad es la conservación de estos elementos patrimoniales. El hecho de que el Ayuntamiento de Peñaflor se haya encargado al 100% de financiar esta restauración da muestra de que es muy sensible con sus obras de arte. La siguiente fase del proyecto será la reparación y restauración del pavimento de la nave de la iglesia que se hará con ayuda de Patrimonio de la Junta», explica el párroco.
Los dos retablos que se están restaurando son los más antiguos de la iglesia. Su primera referencia escrita data de 1672. «Necesitaban una restauración urgente. Es comprensible que a los retablos laterales se llegue después de poner en valor otros elementos más importantes de las iglesias, como el propio inmueble, como contenedor estanco que pueda garantizar la conservación futura de los bienes que se encuentran dentro», apunta María Luisa López, responsable de Uffizzi Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
«En concreto, en estos dos retablos urgía realizar ajustes de carpintería y de estabilidad. Habían sufrido ataques de insectos xilófagos hace tiempo, y por ello, aprovechando el desmontaje, hemos realizado un tratamiento curativo y preventivo por impregnación en todas las piezas. Se han hecho tratamientos de fijación, de eliminación de repintes y purpurinas y haremos la reintegración cromática, siempre teniendo en cuenta unos criterios de mínima intervención y de reversibilidad. Estas piezas habían perdido sus remates superiores y estamos estudiando la posibilidad de devolverles su forma original. Para ello hemos realizado un importante estudio de investigación en los archivos y a través de fotografías antiguas», añade López.
Son cuatro los meses que se han calculado para llevar a cabo las obras de restauración y cuatro también los profesionales que trabajan a diario en el proyecto. «Durante nuestra jornada utilizamos el atrio de la iglesia para realizar las reparaciones de carpintería y restauración de los retablos. Las piezas de imaginería, sin embargo, se han trasladado a nuestro estudio de Salamanca. Las imágenes más antiguas, que datan de los siglos XV y XVI, habían sufrido intervenciones muy desafortunadas de repinte y de repolicromía. Hemos realizado catas para recuperar las policromías originales y eliminar aquellos repintes más burdos, realizados con muy buena intención, pero sin ningún criterio estético y sin planificación», añade la responsable de Uffizzi, empresa con 27 años de experiencia.
El trabajo que Manuel y Raimundas están llevando a cabo estas semanas en la iglesia de Peñaflor requiere de gusto, paciencia y vocación. Mientras hacen virguerías con el hisopo y el formón, ambos son conscientes de que no solo están trabajando con elementos patrimoniales eclesiásticos, sino que trabajan con la fe, emociones y la devoción de muchos peñaflorinos que están deseando volver a ver su iglesia en todo su esplendor.
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