Llega el furor por los 'baños de alquiler' en albercas privadas

La idea surgió «al azar» y como una posibilidad más para dar salida a su negocio en tiempos de covid. La ganas de salir de casa, disfrutar del aire fresco tras varios meses confinados y darse un chapuzón en el agua de manera privada y «con todas las garantías de salubridad» fueron los motivos que movieron al propietario de la casa rural Marcelino de Montemayor de Pililla, Ángel Romero, a incluir su establecimiento hotelero en la plataforma francesa 'Swimmy', una iniciativa de economía colaborativa que ha aterrizado hace poco más de dos meses en España y que ha revolucionado el mercado de alquiler de piscinas privadas.

«Nosotros nos enteramos a través de un amigo que había visto en las noticias la existencia de este nuevo servicio y las posibilidades que nos podría dar en una temporada que debido a la pandemia podría ser mala», explica Romero, pues una vez meditado, decidió incluir su piscina en esta plataforma digital de carácter gratuito que sigue la filosofía de otras similares como son Airbnb ('app' especializada en compartir viviendas) o Blablacar (para cooperar en los gastos de los desplazamientos conjuntos en coche).

La metodología para incluir las instalaciones de baño en esta plataforma es sencilla. Los propietarios deben realizar una breve descripción de la alberca en cuestión, que en el caso de Romero es una piscina portátil de 3,03 metros por 75 centímetros de profundidad. Además de aportar las características del vaso, es recomendable señalar el resto de servicios que se ofrecen, como puede ser el uso de los baños y duchas, la disposición de una barbacoa o los horarios en los que estaría disponible el servicio. «Nosotros, al ser una casa rural, no podemos alquilar solo la piscina, por lo que alquilamos toda la casa entera», concreta el dueño, que detalla que «por el momento ya hemos tenido un cliente a través de 'Swimmy', una pareja joven de Valladolid con niños que disfrutaron de toda la jornada».

Esta piscina, al igual que cualquier otra de titularidad municipal o privada para uso público, tiene un estricto protocolo de limpieza –«siempre hay unas normas de higiene y seguridad que hay que seguir, pero más ahora con la pandemia, donde tenemos que ser muy pulcros y responsables con la salud», indica Romero–, se alquila siempre que la casa no cuente con inquilinos y con reserva previa. La incorporación de este servicio a la casa rural, que lleva abierta algo más de un año y medio, ha supuesto todo un «acierto» y un revulsivo para el negocio, ya que «después del confinamiento la gente está deseosa de darse un chapuzón y con la no apertura de muchas piscinas esta opción es buena». Esta infraestructura, junto a otra similar situada en la provincia de Salamanca son, por el momento, las dos únicas piscinas de Castilla y León incluidas en esta plataforma que cuenta con más de un millar de opciones repartidas por toda la geografía nacional.