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Estado en el que quedaron los vehículos implicados en el accidente mortal. En el círculo, la víctima mortal, Javier Zarceño. Carlos Espeso/El Norte
Accidente mortal en la N-122 en Valladolid

Javier Zarceño, el veterinario de la sonrisa inagotable

Boecillo lamenta la pérdida de su vecino de 57 años en una colisión en esa carretera en el término municipal de Traspinedo

Sofía Fernández

Valladolid

Martes, 13 de diciembre 2022, 00:05

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Quienes conocieron a Javier Zarceño (57 años) hablan de algo más que uno de los mejores veterinarios que han conocido. «No solo era un profesional como la copa de un pino». Retratan con palabras entrecortadas por la tristeza el perfil de un hombre entregado a su trabajo y definen a una persona con una sonrisa inagotable como carta de presentación. Javier regentaba desde hace años una clínica veterinaria en la plaza de Boecillo, la única que hay en la localidad y definen a su vecino como «una persona cercana, muy amable y un apasionado de los animales».

«Daba igual la hora que fuese, Javier siempre hacía un hueco y siempre se preocupaba por cada uno de los animales a los que atendía. Era una gran persona», aseguraban desde su círculo cercano.

Los planes del apreciado veterinario se han quedado este lunes, poco después de las 15:15 horas, en el punto kilométrico 340 de la N-122, donde los sanitarios solo han podido confirmar su muerte tras el accidente frontolateral con otro turismo en el que viajaba un matrimonio de Valbuena, que fue trasladado en estado grave al hospital.

La tristeza y la consternación por la muerte de Javier se ha adueñado de Boecillo con una noticia que ha corrido como la pólvora al reconocer en los medios el Nissan Micra con ese característico color naranja que se ha visto implicado en el fatal accidente. «El que siempre dejaba aparcado en la plaza junto al Ayuntamiento, donde tenía la clínica».

Javier tenía planes profesionales y familiares. Su hija mayor Ana, siguiendo la pasión por sanar a los animales, se acababa de licenciar hace apenas un mes como veterinaria y en apenas diez días iban a abrir una clínica juntos en la localidad. «La ilusión de Ana era trabajar junto a su padre, estaban muy contentos por dar un nuevo paso que para ellos era muy importante y ahora se ha truncado todo», lamentaban sus allegados.

El fallecido iba a abrir una clínica junto a su hija mayor, que había seguido sus pasos profesionales, dentro de diez días

«Siempre estaba feliz, Javier era ese tipo de personas, que te transmitía felicidad solo con verle, nunca le he visto enfadado y yo le conozco desde hace años», aseguraba Juan Torres, vecino y amigo de Javier. Había superado una complicada enfermedad hace apenas un año, «no es justo que se nos haya ido así», repetía Juan, una de las tantas amistades que este lunes lloraba su muerte.

«Muy ilusionado» con su actual pareja

El querido veterinario de Boecillo tenía un terreno en Traspinedo, término municipal en el que ha perdido la vida poco después de las tres y cuarto de esta tarde. Javier tenía seis hijos y estaba «muy ilusionado con Pilar, su actual pareja, que estaba siempre con él en la clínica. Solo había que escuchar cómo hablaban el uno del otro». Pilar le compraba libros «a escondidas en la librería» de la localidad para alimentar otra de sus pasiones, la lectura.

«Siempre estaba feliz, era ese tipo de personas que te transmitía felicidad solo con verle, nunca le he visto enfadado y le conocía desde hace años»

juan torres, amigo de javier Zarceño

Los que conocieron a Javier «un hombre de calidad humana y profesional», destacan «sus paseos por el pinar con sus perros, su vitalidad y su personalidad amable. A la gente le daba igual esperar horas en la puerta de la clínica, Javier sabía lo que tenía el animal a simple vista y te llamaba aunque fueran las once de la noche para ver qué tal iba tu mascota», decía Juan, quien le dedicó unas palabras de despedida triste e inesperada.

«Siempre estarás en mi mente Javi, gracias por tanto. Tu sonrisa no se borrará nunca ni tu forma de cuidarnos. Nos vemos en el cielo salvando animales», finalizó Juan.

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