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Domingo, 29 de septiembre 2019, 10:07
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Hermanos, colegas de profesión y ahora también socios. Borja y Jorge García-Abril García-Moreno acaban de poner en marcha su clínica de fisioterapia y osteopatía Eira, con la que han visto cumplidos sus sueños profesionales. Su pasión por esta especialidad sanitaria arrancó en su adolescencia, cuando con la práctica de fútbol sala las lesiones eran la tónica habitual. Frecuentaban la clínica de Senén Cortegoso, al que admiran profundamente y que consiguió transmitirles el gusanillo de la fisioterapia. «Él nos explicaba los secretos de su oficio y nos encantaba el ambiente que había en su clínica. Desde pequeños tuvimos claro que seguiríamos sus pasos», cuentan estos hermanos.
Una décima en su nota media impidió a Borja entrar directamente en Fisioterapia. Pero lejos de desanimarse, escogió otro camino que, aunque más largo, resultó muy satisfactorio. «Estudié Enfermería y cuando terminé, hice Fisioterapia en Soria», cuenta el mayor de los hermanos. Jorge, por su parte, estudió la carrera en Ponferrada (León).
Sus trayectorias profesionales han discurrido de forma paralela. Han compartido experiencias, empresas y ambos se han visto respaldados por grandes profesionales y amigos del sector. El primer contrato de Borja fue como enfermero en Fundación Personas. Luego llegaron otros en residencias de ancianos y en clínicas privadas, donde pudo demostrar todas sus cualidades como fisioterapeuta. Hace unos años le ofrecieron tener su propia consulta en un centro de 'electrofitness', un empleo por cuenta propia que compaginó con la colaboración con la clínica Vitalthea, de Ricardo Pérez. «Él me dio una gran oportunidad y me recomendó para formar parte de la plantilla del Real Valladolid, donde he prestado mis servicios durante tres temporadas», cuenta el mayor de los García-Abril.
Borja García-Abril García-Moreno (31), enfermero, fisioterapeuta y osteópata, y Jorge García-Abril García-Moreno (28), fisioterapeuta y terapeuta manual
1 de julio de 2019
C/ Pío del Río Hortega, 14, bajo de Valladolid. Telfs.: 983 653 268 y 722 652 520
Las experiencias laborales más tempranas de Jorge fueron en residencias de ancianos y clínicas privadas. Su primer gran contrato llegó con el Club Deportivo La Granja y de ahí se fue a León a trabajar a una clínica de esa ciudad, donde permaneció tres años. Regresó a Valladolid para hacerse cargo de la consulta que regentaba su hermano, que cada vez recibía más pacientes. Pronto empezó a colaborar también con el Valladolid Fútbol Sala y Vitalthea, donde también coincidió con Borja. «En la consulta que teníamos hacíamos largas jornadas para atender a todos los pacientes y fue entonces cuando decidimos abrir una clínica entre los dos, en la que poder desarrollar actividades paralelas a la fisioterapia. Somos hermanos y compartíamos el mismo sueño. Nos apetecía mucho trabajar juntos en nuestra propia empresa», cuentan.
Su relación fraternal está por encima de todo y se basa en la admiración, el cariño y la confianza. Su relación empresarial se caracteriza por la generosidad y el respeto mutuos. Ambos han sabido darse espacio y, en función de sus personalidades y habilidades, cada uno ocupa un lugar en la gestión de la empresa. «Tenemos formas de ser parecidas, lo cual es positivo para el negocio. Sabemos dejar en casa los problemas de casa y en el trabajo los del trabajo. Compartimos filosofía y metas, y eso hará que nos vaya bien», afirma Borja mientras Jorge asiente.
La búsqueda de local no fue fácil. Encontraron lo que tanto ansiaban en el barrio de Huerta del Rey. Un espacio que necesitó una importante reforma hasta dejarlo a su gusto. En el Ayuntamiento de Valladolid y en la Junta de Castilla y León les informaron de los requisitos y trámites necesarios para poner en marcha la clínica. «Al haber sido autónomos con anterioridad, no hemos podido solicitar ninguna ayuda. Nos aconsejaron constituirnos como entidad sin personalidad jurídica, que en nuestro caso era lo más beneficioso. Hemos tenido un gran asesoramiento por parte de nuestro padre, Carlos, que es el responsable del programa Traspasa de la CVE y está acostumbrado a orientar a emprendedores. Su apoyo, y el de nuestro gestor, ha sido total desde el minuto cero», agradecen. Han sido siete meses de trámites y una complicada burocracia hasta que han abierto su clínica Eira. «Todo el esfuerzo ha merecido la pena, pero hay que reconocer que es complicado poner en marcha una empresa», dice Jorge.
Eira, la diosa nórdica de la sanación, inspiró el nombre de su clínica, donde ofrecen tratamientos de fisioterapia y osteopatía. Su principal herramienta de trabajo son sus manos, ya que apuestan siempre por las técnicas y terapias manuales que, según explican, «son altamente eficaces y aportan grandes beneficios para la salud». «Las manos son las que curan las lesiones. Damos mucha importancia a las movilizaciones articulares y neurales, al masaje terapéutico, utilizamos ganchos y punción seca. Creemos que esta es la manera de obtener resultados más efectivos y a largo plazo», aseguran.
También imparten clases, en grupos reducidos, de pilates, gimnasia abdominal hipopresiva, preparación al parto y escuela de espalda. «Ofrecemos servicio de EPI ecoguiada para tratar lesiones crónicas y hacemos trabajo fuera de camilla para incorporar a los deportistas a la actividad habitual a través del ejercicio terapéutico. Estamos especializados en cólicos del lactante y disfunciones temporomandibulares (ATM), y más adelante incorporaremos otros servicios relacionados con la nutrición y la podología gracias la colaboración de otros profesionales. Por lo general, la gente acude al fisioterapeuta cuando ya está en las últimas y hay dolor. En nuestra opinión, la mejor manera de evitar lesiones es la prevención. Recomendamos que los pacientes vengan antes de que se instaure el dolor, porque se pueden generar compensaciones o posturas antiálgicas, que pueden derivar en desequilibrios musculoesqueléticos. Es mejor no esperar», aconsejan.
Los García-Abril están satisfechos con la gran acogida que los pacientes han dado a su clínica. Para ellos, el boca a boca es «su mejor herramienta de comunicación».
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