Guindi resurge de sus cenizas en Zaragoza cuatro años después de su cogida
El cortador de La Pedraja de Portillo queda tercero en la Plaza de La Misericordia y regala su trofeo a la cirujana que le salvó la vida allí en 2019
Sabina lo dijo muy claro en 'Peces de Ciudad' con aquello de «al lugar donde fuiste feliz no debieras tratar de volver». El jienense del ... bombín calado lleva más de veinte años susurrando esta frase a un micrófono para explicar su particular forma de actuar frente a las alegrías. Pero nada dice de si se debe volver o no al lugar donde has salido por la enfermería en vez de por la puerta grande, vayas de purísima y oro, como Manuel Laureano Rodríguez 'Manolete' en Linares o a cuerpo limpio, como Pablo Martín 'Guindi' en Zaragoza.
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'Manolete' no pudo volver a Linares porque su encontronazo con un Miura al entrar a matar acabó con su vida cuando sólo tenía 30 años, pero Guindi sí que ha podido regresar al lugar en el que un toro de la ganadería de Aurelio Hernando le pegó tres cornadas: la Plaza de la Misericordia de Zaragoza. Y lo ha hecho exactamente cuatro años después de que la doctora Pilar Val-Carreres le salvara la vida tras su escalofriante percance. El parte médico de aquel 12 octubre de 2019 no presagiaba nada bueno. Guindi recibió una cornada en el tórax de cuatro centímetros de entrada con tres trayectorias que le afectó al pulmón; otra en los genitales que precisó reconstrucción y una más en el glúteo izquierdo con orificio de entrada de cinco centímetros y tres trayectorias, una de ellas de 15 centímetros.
La labor del equipo médico permitió que Guindi siguiese vivo tras el percance, pero el de la Pedraja de Portillo tenía por delante un largo proceso para volver a ser el de antes, tanto en el apartado físico como en el mental. «Cuando me desperté en la UCI, lo último que quería era volver a Zaragoza y no sabía si iba a ser capaz de cortar de nuevo», recuerda este cortador, que en su recuperación en el hospital tuvo a la doctora Val-Carreres siempre a su lado. «Si me llega a haber pasado en otra plaza, mi vida podía hacer corrido peligro. Tuve la suerte de caer en sus manos. Gracias a ella puedo seguir cumpliendo sueños y compitiendo contra los mejores», recalca.
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Y ahora, cuatro años exactos después de aquel fatídico día, Guindi ha vuelto a pisar el albero de Zaragoza para participar en el Campeonato de España Goyesco. El pedrajero estuvo muy bien en su ronda y logró pasar a la final junto a Javier Hernándiz y Eusebio Sacristán 'Use', pero reconoce que tuvo muy presente lo que le sucedió en 2019. «Cada vez que salía a la plaza pensaba en la cogida, en el daño que me hizo. Fue una lucha constante contra los malos recuerdos», explica el cortador, que viajó con Use a Zaragoza, como lo hizo en 2019, y se alojó en el mismo hotel. «Recordaba la habitación, me acordaba de hasta lo que desayunamos aquel día, pero había que hacer un esfuerzo y borrar todo eso», añade.
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El toro de la final, un castaño de Sánchez Herrero, se lo puso difícil a los cortadores y Guindi se tuvo que conformar con un tercer puesto en un concurso que ganó su amigo Use, junto al que volvió a tierras vallisoletanas después de un gesto de agradecimiento a la cirujana que le salvó la vida, a la que regaló su trofeo. «Me hubiera gustado haberle entregado el trofeo de campeón. No pudo ser. Fue el de tercero, no es lo que se merece, pero se lo regalé con todo mi corazón», relata Guindi emocionado.
Y de esta manera, tras una larga recuperación, se pone punto y seguido a la historia de superación de uno de los cortadores más laureados de la historia del corte puro que, cuatro años después, pudo triunfar en una plaza que le dejó tres cicatrices que cosen su cuerpo como si fueran tres 'tatuajes de un pasado bucanero', de esos que lucen los 'Peces de ciudad' de los que habla Sabina.
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