Fuego, toros, devoción y tradición en Mayorga

La Procesión Cívica del Vítor en la noche de este martes marca las Fiestas en honor de Santo Toribio de Mogrovejo

Miguel García Marbán

Valladolid

Martes, 27 de septiembre 2022, 00:03

El Diccionario de la Real Academia Española define auténtico como fiel a sus orígenes, y singularcomo extraordinario, raro, excelente. No cabe duda de que toda aquella persona que alguna vez haya vivido las fiestas de Mayorga en honor a Santo Toribio de Mogrovejo las habrá calificado como auténticas y singulares.

Autenticidad y singularidad que cada fin de septiembre se reflejan en el Vítor en honor al patrón y en los festejos taurinos, como elementos esenciales y ancestrales de unos festejos que, sin embargo, nunca son iguales a los del año anterior. Por eso, el viajero regresará esta semana a las fiestas de Mayorga, que «este año serán vividas con gran alegría por el regreso a la total normalidad», en palabras del alcalde, Alberto Magdaleno. De ahí que invite a acercarse a unas fiestas que «son un referente en toda la provincia», con la posibilidad de disfrutar de la exposición de fotografías gigantes sobre el Vítor que se han instalado en las calles.

Las celebtaciones comenzaron ayer, con el chupinazo junto a miles de personas, que llenaron la plaza de España, convertida en coso taurino, y asistió al descorchado de cientos de botellas de cava en un ambiente de jolgorio y diversión. Y poco después no se perdió el desfile de peñas, que llenó la calle Derecha al ritmo de las músicas de las charangas hasta llegar al histórico Arco.

Y hoy, el segundo día de las fiestas, ávido de emociones, vivirá la noche más hermosa del año para los mayorganos. Los vecinos y visitantes esperarán con impaciencia a que el popular Vítor salga a la calle en recuerdo de aquel lejano 27 de septiembre de 1752, en el que volvió a casa la segunda reliquia del santo patrón. Se sentirá el calor del fuego en los pellejos, respirará el humo con olor a pez quemada y se mezclará en un mágico rito en el que lo religioso se une con lo pagano en un secreto deseo purificador de quemar el pasado.

Y tras los pellejos ardiendo irá el Vítor, una tabla rodeada de una tela y adornada con flores colocada en lo alto de una vara. El viajero acompañará a la comitiva, que entrará por estrechas calles, que se llenarán de fuego y humo en un caos en el que se mezclarán las miles de personas que siguen la procesión.

Posteriormente, el Vítor llegará a la plaza, y los fuegos artificiales desvelarán la imagen del santo. Todo el pueblo entonará al unísono el himno a su patrón y la procesión continuará por diversas calles hasta llegar de nuevo a la ermita donde con gran devoción se entonará el himno a Santo Toribio.

Después de las dos primeras jornadas, las fiestas se irán poco a poco desgranando. Cada día, el viajero paseará por las calles llenas de encierros, música, peñas, alegría y diversión. Por las noches, será el momento del baile con orquestas en directo.

Además, casi al final de las fiestas, llegará el Minivítor, y el visitantes querrá que las fiestas de Santo Toribio no se acaben y que el año pase con rapidez para que llegue otro septiembre las fiestas más auténticas y singulares.