Las fiestas, el ejemplo de la camaradería de nuestro municipio

Lo que más llama la atención en nuestro municipio es la bajada de la Virgen de la Casita, la patrona del pueblo, cada diez años, desde la ermita hasta la localidad, recorriendo tres veces sus calles, coloridas y decoradas para rendirle tributo como hicieron nuestros antepasados desde hace 500 años.

Aunque lamentablemente en 2020 no pudimos disfrutar de la bajada de la Virgen de la Casita, seguimos teniéndola muy presente, por su belleza y por la peculiaridad de la fiesta. En todas ellas se respiran la amistad y la buena armonía que existen entre nuestros vecinos; prueba de ello es que la música, los bailes y la gastronomía inundan nuestras calles desde la víspera de la bajada.

Cada agosto, como sucede en muchos otros municipios de Castilla y León, nuestra población se triplica. Es en ese mes cuando recordamos al alaejano ausente, a aquellos vecinos que un día se tuvieron que ir en busca de una vida mejor. Siempre que pueden, tanto ellos como sus familias retornan, buscando disfrutar de la convivencia y de la camaradería que se viven en nuestro municipio.

Otra muestra de cercanía son los jueves de compadres y comadres, quienes los dos jueves anteriores a la cuaresma se juntan y meriendan en el campo junto a amigos, familiares y vecinos, que conviven como uno, disfrutando y fomentando unas relaciones de las que en Alaejos estamos muy orgullosos.