La entrega de la vara al nuevo mayordomo cierra las celebraciones de la Cofradía del Pino
Los trece cofrades efectuaron la tradicional quema del árbol e invitaron a los asistentes a limonada
Los integrantes de la Cofradía Nuestra Señora con el título del Pino, popularmente conocida por el citado título, ni uno más ni uno menos que ... trece, concluían la tarde-noche del pasado viernes con la acostumbrada misa por los cofrades difuntos y finalizada esta el tradicional acto de entrega de la vara al nuevo Mayordomo, Raúl Fernández Gimeno. A este le acompañaron en cortejo hasta su casa y les invitó a cenar por las celebraciones religiosas con motivo de la festividad de San Segundo (jueves día 2), obispo de Ávila discípulo del Apóstol Santiago a quien la tradición atribuye haber traído hasta estas tierras la imagen de la patrona de la Villa y Tierra de Olmedo, Nuestra Señora Santa María Virgen de la Soterraña, e iniciador de la advocación a esta, a quien tienen por patrono.
Celebraciones que comenzaron la tarde del primer día de mayo con la reunión de los cofrades, ataviados de traje oscuro, camisa blanca, corbata, sombrero y capa castellana negra, en la casa del Mayordomo, Juan Amigo Marcos. Desde allí partieron en cortejo hasta la cripta de la iglesia de San Miguel, lugar donde se venera la imagen de la Virgen de la Soterraña, que este año conmemora el centenario de su coronación canónica, y donde tuvo lugar la acostumbrada misa con la que comenzó el tradicional novenario y rezo de las flores.
Misa, en la que presentados por Luis José Rodríguez, el Mayordomo ofreció a la imagen un pino, los cofrades Luis Martín y Javier Yuguero la medalla del centenario y los 'gozos' que este último ha escrito y registrado, y el también cofrade Francisco Fernández recitó una poesía. Finalizada esta, los trece cofrades volvían de nuevo a la casa del Mayordomo para efectuar la tradicional quema del árbol y la invitación a los asistentes a limonada.
Desde 1565
La quema del árbol simboliza el origen de esta peculiar cofradía allá por el año 1565. Cuenta la leyenda que trece caballeros se vieron envueltos en una gran tormenta que se desencadenó mientras paseaban por el campo, refugiándose todos bajo el único pino que sobrevivió a la devastación que en aquel pinar provocó la caída de un rayo.
El jueves al mediodía, tras la reunión previa en la casa del Mayordomo y salida en cortejo, tuvo lugar la tradicional misa en honor a San Segundo en la cripta a cuyo término todos subieron al camarín de la Virgen a presentar reverencias y besar el manto. Después acompañaron a dar la bienvenida a su casa al nuevo cofrade, José Antonio Conde Álvarez, y acompañar al Mayordomo hasta su casa.
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