La empresa Irzon dona impresoras 3D a los colegios de Rueda, Serrada, La Seca y Nava del Rey
La entidad las ha donado después de utilizarlas para crear pantallas protectoras y salvaorejas durante los momentos más duros de la pandemia
En los días más duros del estado de alarma las impresoras 3D se convirtieron en un aliado de primer orden para protegerse de la covid ... . De muchas de ellas salieron cientos de miles de pantallas faciales y salvaorejas para mascarillas que llegaron a multitud de pequeños negocios y residencias, una parte de ellos enclavados en el medio rural.
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Desde el primer día de confinamiento la empresa vallisoletana Irzon puso en marcha sus impresoras 3D para producir estos protectores. «Fueron muchos particulares y entidades las que realizaron donaciones para adquirir materiales y fabricar pantallas protectoras y salvaorejas», recuerda Pablo Gatón, uno de los ingenieros de Irzon. Ahora, pasados los peores meses de la primera ola de la pandemia y con más de 10.000 pantallas y 16.000 salvaorejas distribuidas por toda la provincia, las cuatro impresoras adquiridas gracias a la colaboración ciudadana han sido donadas a los Ayuntamientos de Rueda, Nava del Rey, La Seca y Serrada para que «estén en los colegios públicos y los niños conozcan de primera mano el uso de estas máquinas que tantas vidas han ayudado a salvar».
Las impresoras ya viven su segunda vida en un entorno educativo en el que servirán, como explica la alcaldesa de Nava del Rey, Blanca Martín González, para hacer multitud de actividades. «Son un elemento imprescindible para mejorar la vida, como hemos visto durante la pandemia». Algunos estudiantes de Rueda, Nava del Rey y Serrada ya han tenido su primer contacto con las impresoras 3D, explica Pablo Gatón. «Quizás en un futuro, en otra situación de emergencia, un niño podrá ser capaz de hacer algo como lo que nosotros y los cientos de voluntarios que tenían impresoras 3D en sus casas han hecho».
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