Valladolid

Distinguidos los nuevos Alcaides de Honor del Museo Provincial del Vino

Los nombramientos de este 2024 se acompañan de un momento especial para el Museo del Vino, pues este año cumple su 25 aniversario. Por ello, entre los invitados, estuvo el alcalde peñafielense de entonce, Félix Ángel Martín, quien ofreció la fortaleza peñafielense como sede del MPV, opción, entre varias, por la que finalmente se decantó la Diputación. Un cuarto de siglo después, Conrado Íscar no ha dudado en señalar este viernes que el Museo «se ha consolidado como un referente del mundo del vino de nuestra provincia y, por extensión de toda Castilla y León. En este cuarto de siglo este castillo se ha convertido en un baluarte de la difusión de nuestra cultura vitivinícola, aunando dos aspectos esenciales para la economía de nuestra provincia, como son el mundo del vino y el turismo».

Con la máxima de que el MPV siga siendo el baluarte que destaca Íscar, a partir de estos momentos los nuevos alcaides han adquirido el compromiso de ejercer como embajadores y difusores de las excelencias del centro museístico y de la provincia vallisoletana, algo que ya venían haciendo. De ahí que el presidente provincial les agradeciese que hayan aceptado «este nombramiento que ratifica su inquebrantable y enorme compromiso con todo lo que tiene que ver con la provincia de Valladolid. Un compromiso que, estoy convencido, les hará unos extraordinarios alcaides de este Museo Provincial del Vino y, lo que es más importante, tres grandes embajadores del enoturismo de la provincia de Valladolid».

Conrado Íscar ha ensalzado la figura de los tres galardonados, «de los que hay poco nuevo que decir, porque sois perfectamente conocidos por todos». De José Vicente de los Mozos ha destacado su ejemplo de «esfuerzo, de constancia, de superación y de éxito». De Eva Martín, su pasión por el teatro y la música, y el gran momento artístico que atraviesa lo que no le impide mantener sus «vínculos familiares con nuestra provincia, lo que le hace volver a casa siempre que puede. Porque aquí sigue estando tu casa», expresó a la actriz. De Javier Pérez Andrés, subrayó que es «el gran referente del periodismo enogastronómico y turístico de Castilla y León».

En definitiva, tal y como ha destacado Íscar, «nadie puede dudar de los méritos que los tres han contraído para ser designados Alcaidesa y Alcaides de este Museo Provincial del Vino. Méritos profesionales a los que suman el de la generosidad de haber aceptado el nombramiento sin dudarlo ni un instante».

En esa línea argumental, la del profundo compromiso con la provincia, De los Mozos, en las palabras de agradecimiento por el premio recibido, ha señalado que «hay dos pasiones en mi vida: mi familia y mi tierra». «Llevo a gala a mi tierra por el mundo, me hace mucha ilusión. Los que estamos todo el día por el mundo y podemos ser embajadores y empujar un poquito, es bueno para todos». Ese afecto y cariño por la patria chica lo ha plasmado De los Mozos en el anuncio que ha hecho en el mismo acto, exponiendo que este mismo miércoles trae a Peñafiel la firma de un importante contrato (de 80 millones de euros) entre la empresa de la que es conejero delegado (Indra) con el gobierno canadiense para la construcción de la torre de control más avanzada del mundo, en el aeropuerto de Vancouver.

Para Eva Martín, «vallisoletana de adopción», como se define ella misma, Valladolid «es mi casa de Navidad», precisa y preciosa descripción que realiza la actriz para subrayar la importancia que tiene la ciudad en su vida. Respecto a su nombramiento como Alcaidesa, ha destacado que «es una alegría y un honor. Estar, además, en un lugar como este, tan maravilloso; a mí me parece que estoy en un lugar de ficción, parece un decorado. Es una preciosidad este castillo y ser embajadora y Alcaidesa de Honor en tierras vallisoletanas para mí es una ilusión muy grande».

En un ejercicio de humildad, a Javier Pérez de Andrés no le han dolido prendas en reconocer que «con el tiempo dio marcha atrás» respecto a su idea inicial de que el castillo debería de haber sido un Parador, no el lugar del MPV. No duda en reconocer haber sido entonces la voz discordante, como tampoco duda ahora en afirmar, con pleno convencimiento, de que el Museo del Vino «ha ejercido de faro y de guía, un museo que crece y se transforma, que atrae a miles de personas», y es ejemplo de proyecto de desarrollo del territorio que generan riqueza y asientan población en el medio rural. Es más, en ese ejercicio de retractación, ha contado que, luego, curiosamente, el Premio de Valladolid de Periodismo lo ganó con un reportaje sobre este museo. Acostumbrado a informar y no a formar parte de la noticia, sobre el reconocimiento, ha expuesto que «en primer lugar es un poco raro», pero a la vez, «en segundo lugar, tiene su componente de gratitud, de cariño y de cierto orgullo ser alcaide de un castillo. Nunca pensé que iba a tener un castillo para mí solo», bromeó De Andrés al final de su intervención.