La Diputación de Valladolid refuerza las ayudas al alquiler por el aumento de la demanda tras la crisis
La institución aprobará la próxima semana en pleno el plan de viviendas, que implica una inversión de 850.000 euros y prevé beneficiar a 800 personas
No es la «pócima secreta» contra la despoblación, pero sí puede desempeñar un «papel importante» a la hora de atraer ciudadanos al medio rural. Por el alquiler de viviendas pasa una parte del futuro de los pueblos vallisoletanos. El arrendamiento abre un «amplio abanico de posibilidades y oportunidades» para conseguir fijar población en los municipios más pequeños y alejados de la capital. Así lo considera el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, y prueba de ello es el paquete de subvenciones que la institución provincial aprobará en el pleno correspondiente al mes de julio, que se celebrará el próximo día 24.
Estas ayudas para alquilar vivienda, construirla o financiar la hipoteca durante unos meses en el mundo rural implicarán una inversión de 850.000 euros y, aunque se articularán en torno a tres líneas fundamentales –jóvenes, rehabilitación general y arrendadores–, la más destacada es esta última, la que se refiere al alquiler, que se convocó por primera vez en 2015 por el «cambio de actitud» en la población joven tras la crisis económica y ahora, cinco años después, la entidad presidida por Íscar ha decidido dar un paso al frente. Ha ampliado el espectro para que las subvenciones lleguen también a los propietarios de las casas.
El objetivo, explica el presidente, es «firme». Está «muy claro»: «Fomentar el alquiler a partir de las ayudas y concienciar y educar a la gente para que crea y apueste por ello». «Creo que, desgraciadamente, la pandemia nos ha servido para aprender que tenemos muchas posibilidades; se ha abierto la oportunidad de que la gente se plantee no solo venir en verano, sino que su proyecto de vida se pueda desarrollar en el medio rural», sostiene Íscar, al tiempo que reconoce que uno de los principales problemas a los que se enfrenta la provincia es que no hay oferta. «Tenemos una provincia despoblada, pero a la vez no hay vivienda. Tras la pandemia hemos detectado que ha aumentado la demanda», sentencia.
Así, la principal novedad de este programa es la incorporación de una línea de ayudas para los arrendadores de los domicilios en cuestión. De esta forma, la intención es sufragar los gastos en los que incurra el propietario a la hora de suscribir un seguro por impago y destrozos en su vivienda, fomentando la puesta a disposición de más casas y ampliando la oferta para evitar, en cierta medida, las reticencias que puedan surgir entre los dueños a la hora de arrendar el piso en cuestión. Esta convocatoria, «totalmente nueva e innovadora», subrayan fuentes de la entidad, compromete una cuantía de 100.000 euros y la previsión es que de ella se beneficien más de 300 personas.
La segunda vertiente del plan, y la más importante desde el punto de vista económico, pues engloba más de la mitad de la partida total (480.000 euros), incluye todas las iniciativas dirigidas a jóvenes de entre 18 y 36 años y la intención es que la cifra de beneficiarios ronde los 300.
Así, a los 180.000 euros que ya se convocaron hace unas semanas y cuya resolución saldrá a lo largo de este mes, caben añadir otros 300.000 euros, distribuidos de la siguiente manera: 120.000 euros para pagar las cuotas de la hipoteca de las viviendas adquiridas en 2019 (se subvenciona todo el recibo, no solo el interés, como se venía haciendo, con un máximo de 1.800 €, 1.200 € en el caso de los municipios de más de 2.000 habitantes); 80.000 para sufragar el alquiler –se suman a los 180.000 euros anteriormente mencionados–; 50.000 euros para los gastos en honorarios y redacción de proyectos de arquitecto y aparejador para nueva construcción o rehabilitación de casas con más de tres años sin habitar, con un importe subvencionable de 3.000 € (2.000 € en los pueblos de más de 2.000 vecinos); y, por último, otros 50.000 euros para costear los trabajos de reforma realizados a lo largo del 2020 y en los que no sea necesario presentar un proyecto.
«Funcionará, aunque cueste»
En este último caso, se incluyen las labores de mejora de la eficiencia energética y la sostenibilidad, además de la conservación y la mejora de la seguridad y de accesibilidad en las casas, entre otras. Por último, el tercer eje de este plan de ayudas está dirigido a todas las personas, con independencia de su edad, y plantea la rehabilitación de viviendas con un importe de 270.000 euros. Se abonará un máximo del 80% con un límite de 2.000 euros y permitirá que más de 200 ciudadanos se acojan a ella. Quieren acabar «de una vez» con la estampa predominante en los pueblos de «casa no ocupada, está cerrada o vendida». Conrado Íscar está «completamente seguro que de «funcionará, aunque al principio cueste», y confía en que el resto de formaciones políticas con representación en el Palacio de Pimentel respalden la iniciativa porque, dice, «es lo que la provincia y los vallisoletanos necesitan».
Alejados de la capital y con menos de 2.000 vecinos, con prioridad
En las convocatorias, se dará preferencia a todos aquellos municipios situados a más de 30 kilómetros de Valladolid capital y que tengan menos de 2.000 habitantes. En caso de que en alguna de las líneas sobre dinero, se pasaría al resto de localidades, si bien en cualquier caso es para municipios con menos de 20.000 censados. Se tendrán en cuenta aspectos como la cuantía de ingresos por unidad familiar, las víctimas de violencia de género, así como familias numerosas, monoparentales y en la que alguno de sus miembros esté en situación de desempleo o tenga reconocida una capacidad igual o superior al 33%. El plazo está abierto hasta el 31 de diciembre de 2020.