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Más de 700 ciclistas vuelven a pedir en Urueña seguridad en las carreteras
La Villa del Libro acogió la quinta edición del Memorial Jesús Negro de Paz, cuyos beneficios se destinaran a la planta de pediatría y psiquiatría infanto-juvenil del Hospital Clínico Universitario de Valladolid
Las campanadas del reloj de la iglesia de Santa María del Azogue de Urueña daban las diez de la mañana. Junto a su milenaria muralla, ... con el horizonte infinito del paisaje terracampino como mejor telón de fondo, cientos de ciclistas guardaban un respetuoso silencio. El emotivo minuto de silencio se producía este domingo con motivo de la celebración en la Villa del Libro de la quinta edición del Memorial Jesús Negro de Paz, que, con una participación de más de 700 ciclistas, algunos llegados de lugares tan alejados como Úbeda o Alicante, volvió a recordar, tres años después de su última celebración, al malogrado joven que perdía la vida en 2016 al ser atropellado cuando practicaba su deporte favorito.
La marcha tuvo este año como socio de honor al exciclista profesional Peio Ruiz Cabestany, quien recordó la importancia de que «los ciclistas puedan disfrutar de la bicicletas en actividades que nada tienen que ver con la competición». Además, expresó la mejoría que se había producido en la legislación para los derechos del ciclista, pero también manifestó que «el ciclista también se tiene que mentalizar que tiene deberes». También fue socio de honor el secretario general de la Asociación de Ciclistas profesionales, Alfonso Triviño, por su lucha incansable por conseguir una ley justa que ampare a las víctimas de accidentes de tráfico. Triviño manifestó la importancia de que «las normas puedan cambiar e ir mejorando la seguridad jurídica del ciclista para que no haya recovecos en la ley que permitan a los jueces que archiven todo salvo que haya alcohol, drogas o una conducción temeraria». La madrina y padrino de la prueba fueron María Ángela San José, triatleta de Medina de Rioseco, y Oscar Hernández Zarzuelo, ciclista de Tordesillas, dos deportistas de la comarca que destacan por su trayectoria ciclista, así como «por su esfuerzo, solidaridad y compañerismo como valores que trasmite el auténtico ciclismo».
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Tres rutas ciclistas
Tras los prolegómenos, la salida de la marcha ciclista dio paso a un larguísimo pelotón que recorrió las calles de la Villa del Libro para dirigirse por caminos de tierra a las localidades de Villardefrades, San Pedro de Latarce y La Santa Espina en tres rutas: una corta, de 28 km, para disfrutar en familia y enfocada para principiantes; otra media, de 52 km y una larga, de 67 km, para los más preparados físicamente. El excelente tiempo hizo convertir la jornada en una gran fiesta de la bicicleta con un magnífico ambiente deportivo en el que no faltó la degustación de una sabrosa paella.
La marcha volvió a tener un marcado acento solidario al destinarse una vez más los beneficios del memorial a la planta de pediatría y psiquiatría infanto-juvenil del Hospital Clínico Universitario de Valladolid «con el objetivo de dulcificar, mejorar la estancia de los niños e intentar sacar una sonrisa a los más pequeños», según explicó Juan de Frutos, presidente de la Asociación de Amigos de Jesús Negro de Paz, organizadora de la marcha con la colaboración de los Ayuntamientos de las localidades por donde pasa la ruta y la Diputación de Valladolid, así como de unos 50 patrocinadores y decenas de voluntarios, que «sin su ayuda esto no sería posible». Muy pendiente de la organización también estuvo Goyo Negro, hermano de Jesús Negro, quien manifestó «el orgullo de toda la familia de que todas la ediciones hayan tenido tanta participación colocando a la marcha en cabeza de Castilla y León de este tipo de pruebas».
«A los objetivos reivindicativos y solidarios hay que unir los turísticos para dar a conocer nuestros atractivos patrimoniales»
Francisco Rodríguez, alcalde de Urueña
El alcalde de la localidad, Francisco Rodríguez, manifestó su alegría porque «después de tres años se hubiera podido recuperar una prueba tan importante para Urueña en la que, a los objetivos reivindicativos y solidarios, hay que unir los turísticos para dar a conocer nuestros atractivos patrimoniales a las más de un millar de personas que han llegado entre participantes y familiares». Por su parte, el alcalde de Rioseco y diputado provincial, David Esteban, quiso recordar la frase de La fuerza de Jesús, que se podía leer en los maillot de la organización, para destacar el trabajo de la asociación organizadora, ya no solo en la prueba, sino «a lo largo de todo el año en su solidaridad y esfuerzo para que no vuelva a suceder el accidente de Jesús Negro». También quiso ensalzar el que «un pueblo de poco más de 100 habitantes se convierta en epicentro de la cultura, pero también del deporte y la solidaridad».
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