Un colegio de Laguna envía a los niños a casa porque el centro carecía de ventanas por una obra

«Estaba previsto que las obras terminaran el 2 de septiembre y precisamente fue ese día cuando comenzaron», señalaban algunas madres mientras acudían sorprendidas a por sus hijos. Otras apuntan que era algo que se veía venir y que aunque valoran el esfuerzo de la dirección del colegio por reubicar a los alumnos, mientras las obras afectaban a sus aulas, lo de ayer ya superaba toda lógica. Los padres coinciden en que la reforma que se está llevando a cabo en el colegio es necesaria y por tanto no se oponen a ellas, pero les indigna la falta de planificación para su ejecución.

¿Pero entonces, qué es lo que pasó este lunes? Como las obras van con retraso y afectan a los escolares, este fin de semana se ha estado trabajando en el centro para terminar cuanto antes. Se trata de una inversión de medio millón de euros en los colegios Miguel Hernández y La Laguna, los más antiguos del municipio, destinadas a la mejora de la eficiencia energética.

Las actuaciones comprenden el aislamiento térmico de fachadas y cubiertas, sustitución de todas y cada una de las ventanas del colegio, el cambio de luminarias al sistema led, la instalación de sensores de presencia, aislamiento de tuberías y válvulas termostáticas y bombas con variadores de caudal.

Además, el CEIP Miguel Hernández conectará su sistema de calefacción a la red de biomasa existente en las dos fases de Torrelago. El problema ha venido con el cambio de ventanas. Según los progenitores, se suponía que este fin de semana iban a trabajar en la sustitución de las mismas en una de las alas del edificio para que las aulas estuvieran disponibles ayer. «La semana pasada quitaron las ventanas y lo lógico era que el fin de semana instalaran las nuevas».

Pero no fue así y cuál fue la sorpresa cuando al llegar a clase el lunes, los profesores y la dirección se encontraron con que no solo no habían puesto las nuevas, sino que habían quitado también las ventanas del otro ala, por lo que el edificio estaba con temperaturas que hacían imposible el desempeño de la labor docente. «Había corrientes y hacía más frío dentro que fuera del centro».

Llegados a este punto, desde el centro se optó por suspender las clases y avisar a las familias para que acudieran a recoger a sus hijos. Como dentro hacía frío se llevó a los alumnos al gimnasio y otros aprovecharon para correr por el patio. Durante la mañana, el goteo de padres y madres que acudían a recoger a los niños fue una constante. Desde el centro han declinado hacer declaraciones y durante la mañana del lunes mantuvieron reuniones con el concejal Urbanismo, Avelino Álvarez, y técnicos municipales para encontrar una solución al problema.

Finalmente, la solución que han encontrado es que acudan al colegio Miguel Hernández, a las 9:00 horas, y desde allí se les trasladará en autocar al centro cívico El Cascajo, acompañados por el profesorado correspondiente.

Para el regreso, se les trasladará desde El Cascajo hasta el Miguel Hernández a las 14:00 horas, como es habitual. Los niños que recurren el servicio de Madrugadores y de comedor escolar pueden seguir utilizándolo como hasta ahora. En principio, el Ayuntamiento les ha asegurado que el jueves ya podrán asistir al Miguel Hernández, pero algunos padres desconfían: «Ya empieza a hacer frío y para el jueves es imposible que esté instalada la calefacción. Además, el estado actual del colegio es lamentable».

Por su parte, el grupo municipal de Izquierda Unida-Podemos ha anunciado que pedirá explicaciones al equipo de gobierno sobre la falta de previsión municipal y los retrasos en las obras que han llevado a esta situación. «La falta de calefacción en el edificio y la ausencia de aulas suficientes, debido a las obras de mejora en eficiencia energética en el colegio Miguel Hernández impiden el funcionamiento normal de la instalación educativa».

La formación política sostiene que la gran cantidad de aulas afectadas por las obras y la ausencia de habilitación de un espacio alternativo impiden la actividad normal en el colegio. «A esto se une que aún no funciona la calefacción en el centro, aunque ya está muy avanzado octubre y las temperaturas son bajas». Las obras que se están realizando afectan también al desarrollo normal de las clases del CEIP La Laguna, en el que algunos grupos se han tenido que trasladar a la Casa de las Artes para seguir el curso.

Estas obras se están llevando a cabo con a la subvención de 400.000 euros por colegio concedida por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, a través de la Consejería de Economía y Hacienda, dirigidas a la mejora de la eficiencia energética en los colegios públicos de Castilla y León.

La finalidad de todas estas actuaciones está dirigida, como dice la orden, a conseguir la reducción del consumo energético por razones tanto económicas como de sostenibilidad medioambiental y el máximo bienestar posible tanto de los alumnos como de los profesores. Además de la subvención de medio millón de euros, el Ayuntamiento aporta otros 100.000 euros por centro.