Alaejos: Un monumento artístico nacional a 64 metros de altura

Caminando por la villa de Alaejos, cruce de caminos entre Valladolid, Zamora y Salamanca, encontramos unas altas esbeltas torres correspondientes a sus dos edificios más interesantes; las iglesias de San Pedro y Santa María. Controversias suele desatar, tomar la decisión de quién es la más querida por los alaejanos, pero que Santa María sea la más antigua y esté declarada como Monumento Histórico Artístico Nacional desde el año 1931, son razones de peso suficientes para que gane este duelo patrimonial. Esta iglesia del siglo XVI da nombre a la plaza en la que se ubica y es de estilo mudéjar-renacentista. Aunque su material predominante es el ladrillo con argamasa de cal y yeso, destaca en su fachada una entrada con frontón y una base de la torre en piedra de sillería. La citada atalaya en el campanario, de cuatro cuerpos, se eleva a unos 64 metros del suelo y en cuyo último piso emerge una especie de minarete musulmán.

Por una sencilla puerta renacentista se da paso a su interior donde puede observarse una planta con colosales dimensiones formada por tres naves en estilo mudéjar y bóvedas de crucería.

Al fondo, se ubica un retablo mayor del siglo XVI dedicado a la Asunción de María. Está confeccionado bajo influencias del romanticismo italiano por el escultor Esteban Jordán, su obra póstuma que acabaría Francisco del Rincón. No hay datos históricos para demostrarlo pero se cree que las esculturas e imágenes desaparecidas en esta representación seguramente fueran robadas o vendidas.

Santa María también cuenta con otro retablo especial, cuyo protagonista es el Cristo de la Salud, imagen de mayor devoción de los alaejanos a quien todos los años limpian con vino blanco añejo que posteriormente es administrado a los enfermos para procurarles salud.

El asombro ante esta iglesia adquiere proporciones mayores cuando se levanta la vista y se observa el artesonado mudéjar de planta octogonal. A partir de su núcleo central se suceden celdas poligonales que contienen bustos con cabezas de ángeles y paños de ornamentación, típicos del arte mudéjar que pudieron ser dañados por una plaga de termitas en el año 2005. Interés y atractivo le añaden, su órgano barroco y el coro plateresco realizado en madera labrada, de nuevo, en estilo mudéjar y acabado «en crudo». Si la mirada se fija bajo éste, el visitante observará una pila bautismal de piedra de una sola pieza que podría haber pertenecido a la antigua iglesia románica que existió en esta localidad que atesora una de las joyas del arte mudéjar.