12.000 batas solidarias para 16 ciudades
Asaja urde una red de más de 200 mujeres voluntarias en la provincia que cosen a destajo material protector para los sanitarios que combaten la covid-19 en las UCI y las residencias
Llevan meses inmersas en patrones, telas especiales y diseños que han recorrido decenas y decenas de kilómetros para proteger a los sanitarios en la batalla contra la pandemia de la covid-19. Durante largas jornadas más de 200 mujeres, tanto del mundo rural como de la gran ciudad, se abstraen de la dura realidad para dar forma a las 'armaduras' que los sanitarios portan en cada una de sus intervenciones. El traqueteo de los pedales de las máquinas de coser y las puntadas sin tregua de las voluntarias de Asaja han posibilitado que más de 12.000 batas, escafandras y verdugos solidarios lleguen a las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de un total de 16 ciudades diferentes.
«Estamos muy contentas de la solidaridad de todas las voluntarias que de manera incesante desde hace meses cosen horas y horas para que nuestros sanitarios esté protegidos», asegura una de las coordinadoras del grupo de batas solidarias de Asaja, Irene Carvajal, que junto a más de un centenar de mujeres aprovechan las horas de esta cuarentena cosiendo el material de protección que ya visten los sanitarios de hospitales de Salamanca, Valladolid, Huesca, Guadalajara y Ciudad Real, entre otros muchos.
La iniciativa surgió con el arranque del confinamiento, cuando a través de un médico conocido Irene fue consciente de la falta de material que tenían los hospitales y residencias para hacer frente al coronavirus. Tras muchas vueltas y movida por las ganas de aportar su granito de arena a esta gran crisis sanitaria, «decidimos que a través de Asaja podríamos ponernos en contacto con otras muchas mujeres que quisieran ayudarnos a confeccionar las batas y el resto del material».
En el preciso momento en el que el que se comunicó a las socias la falta de material «se organizaron varios grupos de WhatsApp, tanto en la ciudad como en municipios del medio rural, que sin dudar ni un segundo empezaron a coser y coser hasta llegar a las más de 12.000 batas entregadas». Del total de estos elementos de protección y del resto de material elaborado en estos dos meses largos, el 17% ha ido destinado a diferentes hospitales de la geografía nacional y el 65% a residencias de mayores.
Todas las horas libres
Muchas de las mujeres dedican todas sus horas libres del día a coser estas batas solidarias y «el resto de material que nos han ido solicitando», explica Carvajal, que concreta que «tenemos voluntarias en toda la provincia de Valladolid que de manera incansable cosen y cosen para que nuestros sanitarios estén protegidos».
Uno de los grupos más activos es el de las costureras de Medina del Campo, voluntarias que elaboran a destajo más de un centenar de batas a la semana, como indica una de las organizadoras de este grupo, María José Blanco, que concreta que «nosotras llevamos cosiendo toda la cuarentena. Aparte de coser para Asaja, también hacemos más material para todos aquellos sitios o instituciones que nos lo solicitan, ya que es tiempo de ser solidarios», remata convencida.
Hay grupos de costureras que elaboran más de un centenar de prendas a la semana fruto de un trabajo incansable
El material, que cumple con toda la normativa exigida para garantizar su eficacia, se empezó a elaborar a partir de varios vídeos que los propios sanitarios enviaron a las mujeres de Asaja para darles a conocer cómo debía realizarse el patrón y las características de las batas. Con el diseño sobre el papel, las costureras han organizado el trabajo «para que la elaboración sea mucho más eficaz y organizada». Asimismo, para poder llevar las batas a su destino han logrado el apoyo de varias instituciones y asociaciones que también se han sumado a esta iniciativa. El boca a boca, las donaciones desinteresadas y el apoyo económico de la organización agraria en la provincia han sido imprescindibles para que las batas solidarias con sello vallisoletano cumplan su cometido en las interminables guardias de los hospitales y en las residencias que día a día luchan para superar la pandemia.
Medina del Campo entrega 3.000 mascarillas infantiles
El Ayuntamiento de Medina del Campo ha entregado un total de 3.000 mascarillas infantiles a los estudiantes del municipio. El material, que está completamente esterilizado gracias a la colaboración de una clínica dental de la localidad, pudo ser retirado por los beneficiarios en la ventanilla de Tráfico, con acceso por Gamazo.
Para evitar aglomeraciones, el Consistorio estableció que debía recoger la mascarilla un adulto, que estaba obligado a presentar el DNI del menor o el libro de familia y a respetar la distancia de seguridad de dos metros, todo ello bajo la coordinación de la Policía Local y Protección Civil.
Con este gesto el Ayuntamiento de Medina del Campo ha querido reconocer a todos los niños su buena actitud y colaboración durante el estado de alarma, así como facilitar que los menores puedan salir a la calle con las mejores garantías de seguridad.
Las mascarillas, fabricadas gracias a aportaciones de voluntarios y fondos municipales, iban acompañadas de un diploma para cada pequeño como premio del Ayuntamiento a su conducta.