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El Pisuerga duplica su caudal y amenaza con cubrir sus paseos inferiores en Valladolid
Las intensas lluvias y el deshielo ponen en alerta al Duero y uno de sus afluentes en Soria y a tres ríos más en Burgos, León y Segovia
La sucesión de borrascas, cuatro de ellas con nombre propio, que han azotado al conjunto de la comunidad a lo largo del presente mes, unidas ... al aguacero caído en la tarde de este lunes en las cabeceras de los ríos en Soria, Burgos, León o Segovia –en muchos puntos se superaron los veinte litros por metro cuadrado– y a las altas temperaturas de las últimas jornadas comenzaron a provocar las anunciadas crecidas de los ríos con el Duero, en la cabecera de Soria, junto a uno de sus afluentes (Revinuesa), en alerta al superar en ese punto, a su paso por Molino de Duero, los setenta metros cúbicos por segundo. Su principal afluente, el Pisuerga, ya experimentó el pasado fin de semana un llamativo crecimiento al duplicar su caudal en 24 horas, del sábado al domingo, y alcanzar el lunes su punta del año en la capital al acercarse a los doscientos metros cúbicos por segundo, una marca muy alejada aún del nivel de alerta –situado en 635–, pero suficiente para que su cauce amenace ya con cubrir los paseos inferiores en el punto de fuga habitual a los pies del puente de Isabel la Católica.
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Las máximas rondarán los próximos días los quince grados y rozarán el récord de 17,2, alcanzado en 2016, para un mes de enero
La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) emitió un aviso para alertar del posible crecimiento en los próximos dos días de los caudales de los ríos Eresma y Adaja a su paso por la provincia vallisoletana fruto de las lluvias y el deshielo. Otros tres ríos de la cuenca, en este caso situado en las provincias de Segovia (Riaza), Burgos (Pedroso) y León (Luna) superaron ayer mismo sus niveles de alerta.
El deshielo progresivo de la nieve acumulada, sobre todo, al paso de la borrasca Filomena (responsable de la nevada del 9 de enero), será más acentuado en los próximos días si se cumplen las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que apuntan a un notable ascenso de las temperaturas hasta rondar, en el caso de Valladolid, los quince grados durante los próximos cuatro días, con mínimas más que suaves que oscilarán entre los seis y ocho grados. Un veranillo en toda regla en el que podría llegar a rozarse el pico histórica de temperatura máxima alcanzado en la capital en un mes de enero, de 17,2 grados (el 24 de enero de 2016), el próximo jueves, cuando se prevé un pico que puede alcanzar ese registro.
Estos vaivenes meteorológicos llegan tras un inicio de mes extremadamente gélido, que dejó una ola de frío histórica que alcanzó los ocho días y diecinueve días consecutivos con heladas.
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