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Susana Jiménez, en su despacho de la consultoría. Laura Negro
Coronavirus en Valladolid: «Los negocios lo están pasando mal y muchos de ellos no volverán a abrir»

«Los negocios lo están pasando mal y muchos de ellos no volverán a abrir»

Susana Jiménez explica que los asesores se enfrentan a «abundantes normas nuevas, a veces contradictorias, con la Administración cerrada»

Laura Negro

Valladolid

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Lunes, 25 de mayo 2020, 07:15

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Los asesores fiscales, laborables, contables y jurídicos son otros grandes héroes silenciosos de la pandemia. Saben de normas y leyes, de cuadrar balances y de prever las consecuencias financieras de cada decisión de gestión. Pero también son buenos consejeros, negociadores, mediadores y hasta psicólogos que procuran a sus clientes el alivio necesario ante sus problemas financieros. Susana Jiménez Ceinos lo sabe bien. Ella es economista y socia, junto con su marido –el abogado José Manuel Vidal– de Eslecon Consultores SL, una gestoría especializada en el asesoramiento integral a particulares, autónomos y empresas.

En sus 28 años de carrera Susana nunca había visto nada igual. Como todos sus compañeros de profesión, estos meses se ha visto desbordada de trabajo debido a las innumerables normas derivadas del estado de alarma, a lo que hay que sumar la campaña de la Renta. Ha trabajado en un ambiente de gran incertidumbre ante el goteo constante de decretos y rectificaciones y con los canales de comunicación con la Administración muchas veces saturados. Lo ha hecho velando por los intereses de sus clientes, que son los que peor lo están pasando. «Estos meses los asesores hemos servido de nexo entre los clientes y la abundante normativa que se ha ido aprobando de forma casi diaria y a veces contradictoria. Hemos tratado de que los clientes entendieran todo lo que se publicaba y que pudieran conseguir financiación o beneficiarse de los ERTE, ceses de autónomos, aplazamientos de deudas o moratorias», cuenta.

Ella es una apasionada de esta profesión en la que mantiene un estrecho contacto con clientes de todos los sectores. Aprende de ellos y se nutre de sus experiencias, aunque reconoce que el suyo es un trabajo duro, especialmente cuando llegan épocas malas y tiene que convertirse en «pañuelo de lágrimas y solucionadora de problemas». «Nuestro trabajo siempre está sujeto a miles de plazos y a tramitaciones complicadas, pero esto nos ha desbordado. Hemos tenido que leer mucho para entender cada nueva norma y luego hacérsela entender a los clientes. A nosotros también nos surgían dudas, pero no hemos podido recurrir a las administraciones porque no tenían atención presencial. Todo lo hemos resuelto gracias al estrecho contacto que hemos mantenido los compañeros de profesión y sobre todo al apoyo de los colegios profesionales.

En concreto, el Colegio de Economistas ha hecho una labor importantísima facilitándonos documentación y cursos 'on-line'. Gracias a la capacidad que nos dan los años de experiencia y a nuestros recursos profesionales, hemos salido adelante, pero lo hemos pasado mal», asegura Susana, quien agradece los desvelos de los trabajadores del sector. «En mi caso y en el de mis compañeros, los empleados han trabajado de forma incondicional, con dedicación y paciencia. Sin ellos no hubiéramos podido hacerlo», dice.

Susana enseguida puso medios para preservar su seguridad y la de sus clientes, suspendiendo la atención presencial en su oficina de la calle Santiago de Valladolid. «Aunque trabajamos telemáticamente, algunos clientes son pequeñas empresas y autónomos que no tienen correo electrónico y nos traen la documentación en papel. Para esos casos, pusimos mamparas, mascarillas, gel y guantes a su disposición. Gracias al WhatsApp y al teléfono hemos estado en permanente comunicación para hacer las gestiones», cuenta.

Susana ha echado de menos normas más claras, precisas y sin contradicciones. «Hoy era una cosa, informábamos al cliente y mañana le teníamos que informar de lo contrario. Los asesores hemos realizado una labor titánica, de lunes a domingo. También las mutuas lo han hecho bien, teletrabajando y con eficiencia. En cambio, en el caso de la Administración, el teletrabajo no ha sido tan eficaz. La Junta se movilizó enseguida y puso en marcha una intuitiva plataforma para gestionar los ERTE, que al principio estaba colapsada la mayor parte del tiempo. Además, el teletrabajo ha derivado en muchas contradicciones en el trámite, ya que para empresas del mismo sector unos ERTE se resolvían positivamente y otros no. ¿Cómo explicas eso a los clientes? Ahora se están estimando a través de recursos de alzada, aunque todavía no han resuelto todos», informa.

«Muchos pensaban que esto duraría un par de semanas, pero este es un problema estructural que va para largo. Los negocios lo están pasando mal y muchos no volverán a abrir. No han generado ingresos y tienen que soportar unos gastos fijos que pueden llegar a estrangularles», añade esta profesional, que espera que esto sirva para que la gente se dé cuenta de que «tener un buen asesor es tan importante como tener un buen negocio».

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