Muere una mujer de 71 años tras caer «por accidente» desde un tercer piso
El siniestro se produjo a primera hora de la tarde, pasadas las 15:30 horas, cuando la víctima cayó desde una de las ventanas de su casa a un patio interior
«No se merecía un final así, era una bellísima persona», decía este viernes, cabizbaja, una octogenaria, vecina del número 21 de la calle de los Toreros de Valladolid, sobre su «querida» Ana María Abril, que falleció este viernes a los 71 años tras precipitarse desde un tercer piso «por accidente». El siniestro se produjo a primera hora de la tarde, pasadas las 15:30 horas, cuando la víctima cayó desde una de las ventanas de su casa a un patio interior (compartido con otros bloques de viviendas). «Ha sido un tema accidental, no podemos contar mucho más», admitía uno de sus hijos, sin despegar la mirada del asfalto, visiblemente abatido.
Se desconocen las causas que desencadenaron el fatal suceso, si bien la Policía Nacional baraja como hipótesis que la mujer estaba limpiando los cristales cuando se precipitó al vacío (las cristaleras cubren la mayor parte de la fachada, tanto en la orientada hacia el patio interior como hacia vía pública).
«No se merecía un final así, era una bellísima persona», coincidían este viernes varios vecinos del número 21
Hasta el lugar se desplazaron varias patrullas tanto de la Policía Nacional como Municipal, que regularon el tráfico en ese tramo de la calle –ubicada detrás de la plaza de toros, de un único sentido, hacia la plaza del Ejército– hasta aproximadamente las 16:50 horas, momento en el que los servicios forenses se llevaron el cuerpo sin vida de la víctima.
No podían creer los vecinos del portal 21 de la calle de los Toreros que Ana María hubiera fallecido de un modo «tan trágico». Prácticamente todos la conocían, pues era de las residentes más veteranas. De las de toda la vida. «Llegué hace poco tiempo aquí a vivir y siempre me trató bien e intentaba ayudarme en todo; era prácticamente la más maja del edificio», afirmaba otra residente, de mediana edad, que vivía «casi» puerta con puerta con la víctima y su marido.
Siempre sonriente
Quienes allí viven destacaban de ella su simpatía. Rara era la vez que se la cruzaban y no esbozaba una sonrisa, escondida estos dos últimos años bajo la mascarilla, pero también desvelada por sus ojos achinados. Otro vecino de avanzada edad, acompañado por su hija, aseguraba estar «en 'shock'» por lo sucedido. Hacía apenas unos días se había encontrado a Ana María por las zonas comunes del bloque. «Era muy maja y educada, es una desgracia muy grande», lamentaba el hombre. «Era agradable, te preguntaba cómo estabas, cómo te iba todo... Qué pena, no se lo merecía», añadía ella.
Ana María estaba casada y tenía dos hijos. Estos últimos eran su «orgullo». «Siempre nos hablaba de ellos, se la veía que estaba orgullosa», apuntaba una pareja, mientras enfilaba con paso firme hacia la plaza del Ejército. El funeral para despedir a Ana María Abril será este sábado, a las 16:30 horas, en la parroquia de Santo Tomás, contigua al bloque donde residía.
