El móvil, la cartera o el audífono perdido en Valladolid... tal vez con suerte estén aquí
La Policía custodia los bienes extraviados durante seis meses de media; si no aparece el propietario: los dona o destruye
iris sánchez sobradillo
Valladolid
Domingo, 25 de agosto 2019, 08:49
¿Qué hacer cuando perdemos una mochila o si no encontramos las llaves del coche o de la cartera? ¿Dónde podemos localizar el móvil ... que perdimos el otro día en el parque? La respuesta está (puede que esté) en la avenida de Burgos, en el barrio de La Victoria. Allí se encuentra la Oficina de Objetos Hallados, el depósito donde todo aquel ciudadano que haya encontrado un bien en la vía pública puede acudir para entregárselo a la Policía Municipal, y que los agentes se encarguen de localizar a su dueño.
Esta labor se realiza desde hace más de un siglo, pues anteriormente «el Ayuntamiento recogía los objetos y se encargaba de enviárselos a sus propietarios», explica Luismi, agente del cuerpo municipal. La norma está presente en el artículo 615 del Código Civil, que obliga al ciudadano a entregar «una cosa mueble, que no sea tesoro», así como «restituirla a su anterior poseedor». Aunque, «si este no fuera conocido, deberá consignarla inmediatamente en poder del alcalde del pueblo donde se hubiese verificado el hallazgo». De hecho, esta era la forma en la que se hacía en la ciudad del Pisuerga. Ahora, esta función recae directamente en esta oficina, gestionada por dos personas que, además de recibir a quienes se acercan por allí, atienden las llamadas telefónicas, con una media de ochenta por día.
Pero ser un buen ciudadano también tiene recompensa, pues «si alguien entrega una cartera con dinero y, pasados dos años desde su entrega y publicación nadie ha reclamado esa pertenencia, quien la entregó puede quedarse con la misma, siempre y cuando haga la solicitud óptima al Ayuntamiento», explican desde la Oficina de Objetos Hallados. El artículo 616 del Código Civil también recoge que «si se presentare a tiempo el propietario, estará obligado a abonar, a título de premio, al que hubiese hecho el hallazgo, la décima parte de la suma o del precio de la cosa encontrada».
«Hemos llegado a tener carteras con hasta 300 euros en su interior», dicen los agentes
«Antes de entrar a trabajar en este departamento de la comisaría, mi visión con respecto a los objetos entregados estaba distorsionada. Para mí es muy común que los ciudadanos entreguen carteras con dinero; de hecho, suele ser el pan de cada día», explica Luismi. Este fue el caso de la trabajadora de Mercadona que el pasado martes entregó el monedero con documentación y 120 euros a un agente de la Policía Municipal para que este se lo hiciese llegar al dueño. «Decidimos publicarlo en Twitter porque queríamos aplaudir la acción de esta ciudadana que cumplió con su deber público», explica Juan Carlos, jefe de Relaciones Externas de la Policía Municipal.
«Normalmente, recibimos carteras con 20, 50 o, incluso, 300 euros, pero también hay gente que viene y nos devuelve un dinero que se ha encontrado en el taxi. Aún hay gente con buena fe». Esto cambia cuando la cartera ha sido robada, ya que no hay dinero dentro de ella, tan solo la documentación, «y son normalmente los operarios de los servicios de limpieza quienes nos llaman e informan del extravío».
La Oficina de Objetos Hallados, gestionada por la Policía, recibe ochenta llamadas al día
Aunque la sede está localizada en la avenida de Burgos y permanece abierta de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 horas, si una persona encuentra un objeto por la calle se lo puede entregar a cualquier agente. Este policía derivará el caso a la Oficina de Objetos Hallados. De igual manera ocurre con las comisarías, pues pueden servir como punto para la entrega de otros elementos.
Pero, ¿cómo es el proceso a la hora de entregar una pertenencia? «Siempre debemos referenciar el objeto y tomar los datos de la persona que lo ha encontrado: nombre, hora y lugar del hallazgo, descripción del elemento, etc.», explica Luismi. Una vez en dependencias policiales, los objetos tienen dos posibles vías de salida: por un lado, que sea recuperado por su dueño o, bien, que sea destruido o donado. «Cuando una persona viene a por un objeto perdido, nosotros debemos cerciorarnos de que en efecto es suyo. En el caso de un móvil, le decimos que ponga el pin; si estamos hablando de las llaves de casa, le preguntamos si existe otra copia, las comparamos y comprobamos que ambas son iguales. Siempre intentamos que a través de una factura o cualquier otro indicio demuestren que ese objeto es de su propiedad, incluso a través de una foto. Somos policías y es fundamental asegurarnos de que se lo estamos entregando a la persona correcta, pues si no es así la responsabilidad recaería en nosotros».
Por meses y en cajas
A la hora de organizar los objetos perdidos, estos se encuentran ordenados por meses y en cajas de cartón ya que, de esta forma, la gestión es mucho más rápida. Si una persona pregunta por un móvil extraviado hace dos meses, mirarían en la caja de esa fecha. «A veces, se da el caso de que una persona viene preguntando por unas llaves que perdió el mes pasado, pero aún así quieren que miremos todas las llaves que tenemos, piensan que las van a encontrar», bromea Luismi.
Cada elemento de la Oficina de Objetos Hallados tiene su fecha de caducidad, como los yogures, ya que no pueden acumular los bienes por un tiempo indefinido, pues no sería viable. «Depende mucho del objeto, pero por lo general suelen permanecer aquí una media de seis meses. Los elementos que no hayamos podido entregar, en su mayoría, acaban destruidos, aunque sí que es cierto que a veces los podemos donar». Anteriormente era el Banco del Tiempo el lugar donde iban a parar. Sin embargo, ahora la destinataria es la Fundación Red Íncola: «Nosotros nos ponemos en contacto con ella y la ONG busca la forma de aprovechar estos objetos, que suelen ser juguetes como muñecos o patinetes».
Paraguas, chaquetas, gafas y joyas son los elementos más comunes que se pueden encontrar en la Oficina de Objetos Hallados. Sin embargo, también hay «algunos sonotones y férulas dentales para dormir».
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