Jorge Polo y Mario Martín, en la iglesia del Santuario. Ramón Gómez

Mario y Jorge, dos nuevos sacerdotes para Valladolid que se llevan 23 años

El arzobispo les ordenará este domingo en la Catedral

Luis Amo

Valladolid

Jueves, 6 de julio 2023, 00:15

El Sagrado Corazón de Jesús es santo y seña de su vocación y de su devoción. Un discernimiento, experiencia y entrega evangelizadora a los demás: ... espiritual, social e intelectualmente. Mario y Jorge son dos canteranos del Seminario Diocesano que este domingo se convertirán en titulares del equipo de curas vallisoletanos que suman en ayuda para intentar compensar la crisis de vocaciones. Y llegan con «alegría, esperanza y compromiso», como ellos mismos reconocen, para dedicarse «a sembrar el mensaje de Cristo con la mirada puesta en su madre María».

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Y en una Diócesis considerada de primera por la propia Conferencia Episcopal Española. Prácticamente entraron a la vez al seminario, aunque se llevan un cuarto de siglo de diferencia: vidas que fueron muy diferentes pero que a la vez se complementan con un aporte nuevo para la Iglesia de Valladolid desde este domingo, fecha en que el arzobispo, Luis Argüello, les ordenará sacerdotes en la Catedral.

Los dos se ven oficiando misa, administrando los sacramentos, con la ilusión y los nervios previos al gran directo de sus vidas, pero ambos coinciden en que su mayor fortaleza sea la ayuda, la entrega y la dedicación a los demás: «Aportaremos nuestra protección y amparo, divulgaremos las Sagradas Escrituras, pero sobre todo nos entregaremos con afecto y humildad a todos en justicia, caridad y sacrificio».

Estos casi sacerdotes son Jorge y Mario, respectivamente, religiosos en plena era Bergoglio, coincidentes en sus nombres de pila y también con espíritu fiel a la par que renovador. Citan a El Norte de Castilla en la Basílica Nacional del Santuario de la Gran Promesa, epicentro del actual Año Jubilar que marcará sus vidas además de por su devoción por coincidir con su ordenación en plena internacionalización del Sagrado Corazón desde Valladolid, y donde descubren con pasión sus vidas y sus ganas de vivir «por y para los demás».

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Formación y dedicación

Mario Martín Gilsanz tiene 27 años y es un buen conocedor de la vida y la doctrina de la Iglesia Católica tanto tras su paso por el Seminario de Valladolid como por el Colegio Español de Roma aunque siempre ha estado estrechamente ligado con movimientos religiosos de grupos de oración, catequesis y los vinculados con la religiosidad popular. Ha trabajando desde la Cofradía de la Orden Franciscana Seglar-Santa Cruz Desnuda.

Jorge Polo Casado, 50 años, es de vocación tardía, pero con una vida muy experimentada hasta el momento de su 'llamada definitiva', porque sintió varias. De familia con raíces en Villacid de Campos, por avatares laborales de sus padres nació en Barcelona y también ha vivido muchos años en Madrid y en Asturias, aunque él se siente «profundamente vallisoletano».

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Su camino ha estado sembrado de experiencias religiosas y espirituales hasta que consiguió una estabilidad laboral en el sector de la joyería e incluso compartiendo su vida en algunos momentos con algunas parejas. Pero empezó su camino hace ahora ocho años, «de compromiso y entrega a sabiendas de la vida acomodada que tenía».

Son dos diáconos, sacerdotes desde este domingo, con una amplia perspectiva de evangelización, donde ya compatibilizan el contacto personal con el digital aunque, precisan, «el tú a tú es irrenunciable». Y es que son dos curas de los tiempos para los cuales es «imprescindible» la comunicación directa pero que también reconocen como «fundamental» el apoyo en positivo que pueden aportan las redes sociales para llegar a más personas y, sobre todo, a un importante sector: los jóvenes».

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Fue Mario, en noviembre de 2021, durante el una Audiencia Pública del Papa Francisco con una delegación vallisoletana encabezada por al anterior alcalde, Óscar Puente, quien se hizo viral por un divertido comentario del Sumo Pontífice. Se acercó a saludarle aprovechando la buena conversación que había: «Santo Padre, soy un seminarista de Valladolid». Se trata de un comentario muy habitual en este tipo de encuentros pero que el Papa contestó con una seria e inesperada contestación, con humor porteño: «¿Y qué culpa tengo yo?» para, tras unos segundos interminables, soltar una carcajada. En pocos minutos Mario Martín recorrió todo el mundo por internet tras el divertido comentario.

Jorge, otra perspectiva

Esta misma fuerza e ímpetu le marca desde los 19 años, cuando empezó el Grado en Historia en la Universidad de Valladolid, Estuvo en el Seminario Diocesano entre 2016 y 2021 donde cursó Teología al tiempo que concluyó sus estudios en Historia.

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Jorge Polo aporta otra perspectiva. Cosas de la edad. Relata cómo el Señor le abrió el camino hacia su nueva vida religiosa: «Pasé de tenerlo todo, con una vida acomodada, a plantearme el objetivo en la vida de intentar hacer la vida de los demás más cómoda. Y ahora es cuando de verdad sí tengo todo», reflexiona.

Entró en el Seminario Diocesano en febrero de 2016. A los diez meses se salió, pero, vivió otra experiencia religiosa en Santo Domingo de Silos y volvió

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