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IRIS SÁNCHEZ SOBRADILLO
Valladolid
Viernes, 5 de julio 2019, 21:32
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Fueron juntos al colegio, al instituto, a la universidad e, incluso, compartían el mismo grupo de amigos. Mario y Alberto Herráez (Salamanca, 25 años) son dos hermanos gemelos licenciados en Educación Primaria por la Universidad de Valladolid. Ambos han resultado premiados como los Mejores Educadores de Utah menores de 35 años por la Coalición para la Tecnología en la Educación (UCET). Su gran momento llegó cuando obtuvieron una plaza en Amity, un programa internacional que te permite realizar prácticas en el extranjero. Y, aunque parecía que sus caminos se bifurcarían después de la universidad ya que en la solicitud pidieron ir separados, no fue así, pues a su coordinadora le pareció «divertido» que dos profesores gemelos impartiesen clase en el mismo colegio.
«Desde pequeños hemos hecho todo juntos, nos complementábamos el uno al otro», afirma Alberto Herráez. De la misma forma, Amity les brindó la oportunidad de poder desarrollar su trayectoria en común.
Su campo de trabajo es la innovación tecnológica aplicada a la enseñanza en español. Es aquí donde se enmarcarían sus dos proyectos más destacados hasta la fecha: 'Hermanados con la naturaleza' y 'Construyendo sonrisas'.
El primero de ellos surgió debido a la falta de guías turísticas en español en los parques naturales de Estados Unidos. «Queríamos que nuestros niños tuviesen una experiencia en español. Nos dimos cuenta de que en ese momento no había guías en este idioma y, de hecho, nuestros estudiantes nos preguntaron qué pasaría si viniera una familia de Sudamérica o de España».
A partir de esta idea, desarrollaron sus propias guías de información sobre los distintos parques naturales de Estados Unidos. Para ello, colaboraron con tres escuelas diferentes y coordinaron a 125 alumnos en total. La comunicación la realizaban los propios estudiantes a través de One Note, Skype y Microsoft Teams, instrumentos que permiten a un grupo de colaboradores trabajar simultáneamente a través de Internet. El objetivo era crear un ambiente semipresencial donde el componente principal eran las herramientas digitales. «Queríamos recrear el ambiente de una 'start up' o empresa emergente, pues así podíamos enseñar a los niños cómo trabajarían cuando fueran mayores, prepararles para el futuro».
Este proyecto no hubiese sido posible sin la participación activa de los niños. Los profesores solo tenían que designar «un líder para el grupo y diferentes roles para el resto de alumnos», aunque sí que hicieron hincapié en la autorregulación, es decir, cada uno debía gestionar sus tareas.
«Nuestra marca personal es la relación que tienen los proyectos con la vida real» y de esto trata su segundo y último proyecto 'Construyendo sonrisas', cuyo objetivo es inculcar valores sociales a los niños a la vez que aprenden con la tecnología. Mezclaron a niños de primero de Primaria con niños de sexto para que, así, estos últimos pudiesen introducir a los pequeños en la materia.
A través de la plataforma Minecraft, un videojuego que permite la construcción de mundos y bloques de tipo abierto, crearon distintas pantallas con la incorporación de conceptos que estudiaban en clase como los ecosistemas. Además, todos los animales que crearon con Minecraft fueron impresos en 3D y donados, posteriormente, a Haití a través de la ONG WE. Con esta acción, aparte de fortalecer las habilidades en el uso de Internet y sus medios, reforzaron los valores sociales de los niños como es «la importancia de compartir», así como la visión de otras realidades ajenas a ellos.
De la misma forma, elaboraron libros con la historia de cada animal y su ecosistema, pero «había ideas muy rocambolescas como un pingüino en Hawai». Estos también se convirtieron en audiolibros para que el «proyecto fuese accesible a todo tipo de personas».
Sus mentes no dejan de crear y de momento tienen otros dos proyectos en camino, no obstante, aún no pueden contar de qué tratan debido a que hay otros intereses y empresas implicadas. Sin embargo, Mario y Alberto Herráez han participado en convenciones tan importantes como Microsoft Educator Exchange, un congreso que trata de celebrar los cambios que se realizan en la educación en las distintas partes del mundo.
Allí pudieron conectar con visiones e ideas diferentes y se dieron cuenta de que «lo que puede servir de modelo educativo en China no tiene por qué ser válido para la India». Hay que tener en cuenta el contexto y la situación en la que se ven envueltos los diferentes países.
El pasado abril los hermanos también obtuvieron el premio 'Best of Davis Adward' con el cual fueron reconocidos como los mejores profesores del distrito escolar Davis. Reconocen que en la actualidad debería ser más importante enseñar a los alumnos cómo acceder a la información y no exigirles que se aprendan «un contenido vacío que dentro de unos años se les olvidará».
La logística y el currículum escolar son las principales diferencias que señalan Alberto y Mario Herráez, graduados en Educación Primaria por la Universidad de Valladolid, entre el sistema educativo español y el estadounidense.
«En España casi no hay presupuesto, mientras que en Estados Unidos sí. Bien es cierto que hay que hacer numerosos trámites y trabajar duro para que te concedan becas». Este fue el caso de las impresoras 3D que utilizaron para el proyecto 'Construyendo sonrisas', pues las necesitaban para crear sus propios animales de juguete y las consiguieron a través de una subvención.
Otra de las diferencias más importantes es el currículum, es decir, los contenidos que tienen que aprender los niños en cada curso. «El margen de maniobra de un profesor en España es mínimo en comparación con el de Estados Unidos», afirma Mario Herráez. En España las lecciones son más densas por lo que el maestro tiene menos tiempo y se encuentra en la necesidad de tener que terminar el temario de un libro. Por el contrario, en EE UU, las materias que se estudian son más ligeras por lo que existen espacios libres para la innovación y la creación de proyectos, así como para fortalecer las habilidades y competencias del niño, pues el educador tiene más tiempo para dedicarle a cada uno de ellos.
«¿Qué sentido tiene que los niños se aprendan todos los ríos de Europa si a golpe de click podrán saberlo?», se pregunta Alberto Herráez. Aunque no niegan que tener una cultura general es importante para el desarrollo personal del individuo, inciden en que toda la información está en Internet y que, por ello, lo propicio sería educarles en las herramientas que tienen a su disposición.
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