A juicio por secuestrar a su novia en Valladolid y sacarla a rastras de casa de su abuela
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La Fiscalía pide once años y nueve meses de prisión para el acusado por nueve delitos y su hermano también se sienta en el banquillo por detención ilegalEl joven que secuestró durante cinco días a su novia en el domicilio que compartían en el barrio de la Victoria y, cuando esta consiguió ... huir y refugiarse en casa de su abuela, dio una patada a la puerta, la sacó de los pelos y la arrastró con él por toda la ciudad hasta que volvieron a su piso del barrio de la Victoria, se sentará en el banquillo de la Audiencia de Valladolid el próximo martes 29 de noviembre junto a su hermano, que le ayudó en el delito de detención ilegal y se enfrenta a una pena de cinco años de prisión. A Aarón H. G,, de 29 años y natural de Madrid, la acusación pública solicita que se le imponga por nueve delitos, la mayoría, de violencia de género, un total de once años y nueve meses de prisión.
Según el escrito de la Fiscalía, en el momento de los hechos, el pasado 13 diciembre, Aarón H. G. tenía una orden de alejamiento sobre su pareja, con la que convivía desde enero de 2021, y tenía prohibido por la orden de protección emitida por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer acercarse a ella a menos de 500 metros, a su casa y su lugar de trabajo y tampoco podía comunicarse con ella. Sin embargo, se saltó la prohibición y, a las 9:45 horas, cuando su novia se dirigía a su lugar de trabajo en la cafetería de la Facultad de Económicas, la abordó en la calle Portillo de Balboa. Como ella le dijo que no la molestase, «se enfadó y, guiado por el propósito de amedrentarla, le dijo que iba a matar a sus padres y su hermano y que la iba a preparar en su lugar de trabajo». Al ver que pasaba por allí un coche de policía salió corriendo, pero antes le cogió las llaves de casa del bolso y le dijo que si le denunciaba, la mataría.
Cuando la chica terminó su turno y salió del edificio, el acusado, que la estaba esperando en la calle, se acercó a ella y comenzó a hacerla reproches y «bajo la amenaza de matar a sus mascotas», la obligó a ir a la Comisaría para decir que la persona que la había abordado cuando iba a trabajar no era él sino su hermano José Ramón. Después, la pareja se fue al domicilio de ella, en el barrio de la Victoria y allí pasaron la noche. A la mañana siguiente, cuando la chica se disponía a ir a su trabajo, el hombre se lo impidió con la amenaza de que «si salía por la puerta no llegaba al portal». Entonces le quitó el teléfono móvil y las llaves de casa y la dejó allí encerrada, una situación que se prolongó hasta el 15 de diciembre.
Ese día, el tercero de encierro, apareció el hermano de Aarón, «quien sabía de dicha situación, puesto que antes de que le quitara el móvil, a ella le dio tiempo a escribir un mensaje de texto a José Ramón pidiéndole ayuda». Sin embargo, este le llevó la comida a casa sin hacer nada para liberarla de su situación. Cuando este se fue, la víctima suplicó a su pareja que la dejara salir. Este gritó que «cuando le dijera quién era la persona que le gustaba, insistiendo en que era su jefe» y, subraya el fiscal, «guiado por el propósito de menoscabar su integridad física, la empujó contra la pared y la agarró del cuello, apretando con fuerza». La mujer logró zafarse y se encerró en una habitación.
A los cinco días, la joven logró huir de su encierro y antes de refugiarse en casa de su abuela, se dirigió a su centro de trabajo para firmar el finiquito, pues la habían despedido por no ir a trabajar
La situación de encierro continuó hasta el 17 de diciembre, cuando ella aprovechó un descuido de su carcelero para huir. La joven se dirigió hasta su centro de trabajo para firmar el finiquito, puesto que la habían despedido por no ir a trabajar, y como Aarón la bombardeó con mensajes «exigiendo que volviera al domicilio y diciéndole que era una puta y que se estaba follando a su jefe», se refugió en casa de su abuela, lejos del barrio de la Victoria. Allí se presentó el hombre a las tres de la madrugada y llamó a la puerta del portal de José María Lacort. Mientras que ella avisaba a la policía, él rompió la puerta de entrada a la vivienda de una patada, entró en el domicilio y le quitó el móvil y lo tiró contra la pared. Luego, «la agarró del pelo, la tiró sobre la cama y le propinó una bofetada, mientras la abuela le suplicaba que no la pegara».
Como a la joven no le había dado tiempo de dar todos los datos de ubicación de la vivienda a la Policía Nacional, un coche patrulla pasó por la calle sin lograr localizar la vivienda. Cuando el vehículo policial se marchó, Aarón agarró a su novia del brazo y del pelo y la forzó a regresar a su domicilio. Durante todo el camino, durante 2,3 kilómetros, la joven iba realizando con la mano la señal internacional de mujer maltratada (abrir la mano y estirar los dedos con la palma mirando hacia fuera, esconder el dedo pulgar dentro de la palma y, finalmente, doblar los otro cuatro dedos encima en forma de puño), pero en esos 32 angustiosos minutos nadie la entendió ni acudió en su ayuda durante todo el trayecto a pie. Una vez en casa, el hombre cerró la puerta y «comenzó a realizarse cortes en el brazo y en el pecho preguntándole a ella si era normal lo que le estaba obligando a hacer». Minutos después llegó la Policía y él, para que no abriera, puso el cuchillo sobre el gato de ella amenazando con matar a la mascota, e incluso llegó a colocárselo a ella en la espalda. Finalmente, cuando vio que los agentes estaban a punto de conseguir entrar, les abrió la puerta y fue detenido.
La denunciante, de 31 años, que finalmente fue rescatada por la Policía Nacional ese 18 de diciembre, sufrió varios hematomas en la cara y fisura de un molar como consecuencia de los golpes, además de una crisis de ansiedad. Tardó tres días en curar de sus lesiones y la asistencia sanitaria del Sacyl se valora en 101 euros. La joven manifestó que no quería reclamar indemnización alguna por las lesiones ni los desperfectos de la casa y la rotura del móvil.
Aarón H. G. ya había sido condenado en 2021 por un delito de amenazas en el ámbito de violencia familiar y otro de quebrantamiento de condena, cuyas penas están pendientes de cumplimiento. Ahora se le va a juzgar por un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar, uno de detención ilegal, otro delito continuado de amenazas y dos delitos de maltrato, además de un delito de coacciones, un delito leve de injurias y dos delitos leves de daños. Se le aplican las circunstancias agravantes de parentesco y reincidencia. A su hermano, que no tiene antecedentes penales, se le acusa de un delito de detención ilegal.
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