El joven vallisoletano que salvó a su tío gracias a que sabe hacer una RCP
Ismael y sus familiares realizaron la maniobra de reanimación cardiopulmonar a José, de 77 años, que entró en parada cardíaca y «prácticamente falleció»
Berta Pontes de los Ríos
Valladolid
Viernes, 2 de julio 2021, 21:54
La noche del jueves, Ismael García Ruiz, de 22 años, realizó en Quintanilla de Onésimo un acto que podría calificarse de heroico: salvó la vida ... de su tío José gracias a los conocimientos en reanimación cardiopulmonar con los que cuenta. «Los servicios de emergencia nos dijeron que gracias a la RCP le habíamos salvado la vida, así que todo quedó en un susto», explica este joven de Quintanilla de Onésimo que tiene nociones de reanimación gracias a sus estudios de Fisioterapia. Sobre las 23:30 horas del jueves, José, de 77 años y hermano del abuelo de Ismael, comenzó a encontrarse mal y su organismo se detuvo. «Yo estaba en casa, tranquilamente, cuando vino mi hermano bastante alterado y me dijo que a mi tío le estaba faltando el aire y no podía respirar», detalla. Sin dudarlo un solo segundo, cogió su mascarilla y corrió hacia la casa familiar en la que se encontraba el septuagenario, a unas manzanas de la suya. Al llegar, se topó en la puerta con su abuelo. «Me dijo: 'pasa a ver qué puedes hacer'». Entró en la casa y se encontró con los hijos de José en plena realización de la reanimación. «Lo que estaban haciendo, siguiendo las indicaciones de los técnicos del 112, estaba siendo inútil porque no reaccionaba», asegura Ismael.
«Mi tío se estaba muriendo», constata el joven. Al observar la situación, Ismael decidió intervenir rápidamente. «Comprobé sus constantes vitales, su conciencia y respiración y no reaccionaba; pero no me asusté y comencé a hacerle la reanimación cardiopulmonar porque estaba prácticamente muerto». Tras cuatro angustiosos minutos y con la ayuda de los hijos de José, que se turnaban para realizar la maniobra, comenzó a reaccionar. «En cuanto vimos que había respuesta por su parte le colocamos en posición lateral de seguridad mientras esperábamos la llegada de la ambulancia», recuerda.
Pasados 35 minutos desde la primera llamada a los servicios de emergencia, una ambulancia llegó al domicilio, donde se encontraba José, ya reanimado, rodeado de sus familiares. «El soporte vital tardó 35 minutos en llegar de Valladolid a Quintanilla de Onésimo y, si no hubiese sido por nosotros, mi tío hubiera fallecido», precisa Ismael. Casi al mismo tiempo llegó otra ambulancia, procedente de Tudela de Duero, a apenas 20 kilómetros.
Cuando los sanitarios llegaron, evaluaron a José y detectaron que había tenido una taquicardia ventricular en la que posiblemente entró en infarto. «Se le llevaron al hospital y ahora está en la UCI con pronóstico estable, pero tienen que hacerle más pruebas para saber de dónde le viene la parada cardiorrespiratoria y cómo evolucionará», sostiene Ismael.
«Da rabia que haya gente que no sabe hacer una RCP, que es algo muy sencillo. Sería conveniente promover una asignatura en los colegios de primeros auxilios para poder salvar más vidas, como la de mi tío», concluye.
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