La inmigración compensa la baja natalidad y el padrón de Valladolid sube por primera vez desde 2011
La provincia aumentó su población en 331 vecinos durante 2019, en un fin de tendencia negativa que la crisis de la covid-19 volverá a quebrar este año
Los registros demográficos de la provincia abandonaron el año pasado los números rojos al registrar, por primera vez desde 2011, un incremento en la cifra ... de habitantes, de acuerdo con los datos desvelados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El padrón provincial creció a lo largo de 2019 en 331 personas hasta alcanzar, el pasado 1 de enero, los 520.716 habitantes.
El empuje de la inmigración –la llegada de población llegada de otros países– fue crucial para alcanzar este repunte demográfico, ya que la provincia ahondó durante el pasado ejercicio su brecha en términos naturales.
Nacieron todavía menos niños que el año anterior: 3.285 nacimientos (la cifra más baja desde que se tienen registros, en 1941) frente a los 3.463 de 2018. Y murieron 4.898 personas (frente a las 5.079 de 2019).Así, el año pasado, Valladolid dio la bienvenida a nueve bebés de media cada día y celebró 13,4 funerales. Un saldo vegetativo negativo, que restó 1.613 inscripciones por esta vía al padrón. Y, sin embargo, las cifras absolutas de población crecieron.
¿Por qué? Porque el incremento en la llegada de población extranjera fue suficiente, esta vez sí, para compensar esa baja cifra de nacimientos. Durante el año pasado, 3.615 personas desembarcaron en Valladolid procedentes de otros países. Hay que remontarse a los años previos a la crisis económica de 2008 para hallar unos niveles parecidos. En aquel año fueron 3.629. Desde entonces, la llegada de foráneos se resintió hasta alcanzar su mínimo en 2013 (el año con la tasa de paro más alta en Valladolid, del 22% esa primavera). En 2018 llegaron 2.786 personas. El año pasado, 3.615. Las mejores perspectivas laborales influyen. Pero sobre todo lo ha hecho la llegada de población americana que huye de sus países y solicita en España protección internacional. El año pasado, los principales países emisores fueron Colombia (573 personas) y Venezuela (378). En 2008, destacaban los llegados desde Rumanía (439) y Marruecos (416). Apenas 43 venezolanos recalaron entonces en Valladolid.
En 2019, llegaron del extranjero más personas (3.615) de las que se marcharon a otros países a vivir (1.805). Así, el saldo migratorio de la provincia es positivo (crece en 1.810 habitantes) y compensa –algo que no había conseguido los siete años anteriores– esa pérdida de 1.613 personas arrastrada por una mortalidad mayor que la natalidad. Además, también es positiva la movilidad interior. Es mayor el flujo de quienes llegan de otras provincia (5.693) del que se produce desde Valladolid a otros territorios del país (5.547). Estas dinámicas unidas trajeron buenas noticias para los padrones vallisoletanos durante 2019.
El problema es que seguramente se trate de un año atípico y que, cuando se conozcan los datos de este 2020, vuelvan las malas noticias a los registros del padrón. Y la crisis del coronavirus tendrá que ver, claro. Mucho. Primero, por el exceso de mortalidad. Hasta el 24 de mayo, los registros consignaron 735 defunciones más de lo habitual para esos primeros meses del año, motivado, sobre todo, por la pandemia. Además, el estado de alarma ha cerrado fronteras, por lo que se ha cortado de raíz esa llegada de extranjeros que supuso, el año pasado, la tabla de salvación para mantener a flote las cifras del padrón.
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