«De los indígenas debemos aprender la cultura de la paz»
Daniel Oliva ·
Profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad Carlos III de MadridEl director de El Norte, Ángel Ortiz, conversó con Daniel Oliva, director de la Cátedra de Sostenibilidad, Inclusión, Diversidad y Derechos Humanos en la Universidad Carlos III de Madrid, quien invitó al público a reflexionar sobre la realidad de los pueblos indígenas y su papel en la sociedad contemporánea. Oliva comenzó recordando que «los pueblos indígenas siguen existiendo hoy, seguramente, entre otras cosas, gracias a aquellos debates y avances legislativos que surgieron en aquel momento en España».
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El experto explicó que su interés por estos pueblos nació a partir de una experiencia personal en el norte de Argentina, donde trabajó con comunidades del Chaco. «Allí aprendí tres grandes lecciones: el amor por la naturaleza, la ausencia de egoísmo y el profundo respeto hacia los mayores», remarcó. «Los pueblos indígenas descienden de las poblaciones originarias anteriores a la llegada de los europeos. Cuando llegaron allí los españoles se encontraron con comunidades que llevaban entre 16.000 y 20.000 años en el continente americano».
Destacó que muchos conservan sus lenguas históricas, unas 500 en uso actualmente, algunas en peligro de desaparición. También incidió en que «han sido tradicionalmente empobrecidos, aunque no son pobres», y lamentó los abusos sufridos a lo largo de la historia. «Sus territorios son ricos en recursos naturales y biodiversidad, y poseen cosmovisiones propias que a menudo no coinciden con las occidentales», señaló, y enumeró las numerosas aportaciones que los pueblos indígenas han hecho a la humanidad y que el 60% de la base alimenticia del planeta procede de productos originarios del continente americano, como el maíz, la patata o el tomate. «Los mapuche, los rapanui, los guaraníes, los taitas, los garífunas, los charrúas… existen unos 800 pueblos indígenas que representan entre el 8 y el 10% de la población, entre 55 y 60 millones de personas. Muchos viven hoy en zonas urbanas y todavía existen unos 200 grupos no contactados de los que se tiene conocimiento por fotografías aéreas».
Oliva se detuvo en las enseñanzas que las sociedades modernas pueden aprender de estos pueblos. «Son comunidades que se ayudan, se cuidan y mantienen una relación de respeto con la Madre Tierra. Ellos lo que quieren es vivir bien, viendo preservada su identidad y sus necesidades básicas. De lo que más podemos aprender es de su cultura de paz y del diálogo intercultural».
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