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Carolina Amo
Valladolid
Lunes, 5 de febrero 2024, 00:24
«Desde que tengo uso de razón he tenido contacto con las aves», relata Guillermo Redondo García, que a sus 71 años ha logrado quedar ... subcampeón en el campeonato del mundo de ornitología. Guillermo siempre ha tenido una especial afinidad con los pájaros pero en especial con una especie en concreto, los canarios. «Hay más tipos de los que la gente se cree», explica «los hay de canto, de color o de postura». Y es que en el caso del subcampeón, se ha decantado por mantener contacto con la cría de canarios cantores españoles desde hace más de 40 años. «En 1981 empecé con esta especie, lo que más me gustaba era oírles cantar todo tipo de melodías». continúa.
Detrás de un trabajo de cría, preparación y duros entrenamientos que se realizan de manera individual hay un grupo que da la cara en las competiciones y que funciona a modo de asociación para que los ornitólogos que estén interesados puedan unirse a esta actividad. En el caso de Guillermo está su grupo, que ya casi funciona a modo de familia. «La Peña de Canaricultores del Norte. En este grupo nos dedicamos a presentarnos a concursos de ornitología , en la especialidad de canto». Del número de concursos a los que se ha presentado no se acuerda, lo resume con un «muchísimos» entre risa y nostalgia. Eso sí, de lo que no se olvida es de su primer trofeo «en el 85, en Córdoba».
Del que tampoco se olvida es del concurso de este año, en Talavera de la Reina. «Este año se rompieron récords de participación», explica asombrado. Este año participaron cerca de 50 países y «más de 25.00 aves, y entre ellos, 2.700 variedades de especies», comenta Redondo. Y es que a pesar de haber quedado en segundo puesto, Guillermo destaca al ganador del primer puesto de su categoría. «Mario García, un niño de 7 años de mi misma peña. Es un niño con muchísima vocación y dotes para la ornitología», apunta el subcampeón.
Dentro del concurso las pautas aparecen muy marcadas. Sin embargo, para participar hay que cumplir una serie de requisitos. «Hay que estar federado obligatoriamente», comenta Guillermo, que en su caso lo está por la Federación Ornitológica Cultural Deportiva Española, (FOCDE). «El resto lo tienes hecho, pagas las tasas y te inscribes, así de fácil». El proceso de inscripción está hecho pero todo varía dependiendo de la categoría a la que te presentes. En la variedad de cantor español, el proceso tiene sus trámites. «Presentas al pájaro, en este caso te lo transportan hasta Talavera de la Reina, donde va con todas las comodidades», relata.
«Una vez esté en el concurso tiene 20 minutos para cantar», continúa. Es entonces cuando se pasa a la fase de «enjuiciamiento», es decir, donde una persona le da una puntuación en base a una rúbrica. «La tabla consta de 8 notas positivas y 5 negativas». En el caso de Guillermo, su canario obtuvo una puntuación de 90, y afirma que lo que más se tuvo en cuenta «es la voz y la complicidad del pájaro». Como en todos los concursos también existen las famosas penalizaciones. «Una de ellas la ´rascada ́, cuando en el canto el pájaro da una 'r', una nota un tanto fea», comenta Redondo. La nasalidad y las estridencias en el canto también son motivos de penalización. Y todo ello a puerta cerrada para evitar posibles fraudes. «A cada juez se le asignaba un número de jaula, eso es todo lo que sabía del pájaro y a partir de ahí evaluaban»
Para la preparación del pájaro Guillermo tira de su técnica infalible, la cría en casa. El pájaro tarda de 9 a 10 meses en cantar y el subcampeón hace un apunte «hay que procurar siempre tener dos machos para que se comuniquen entre sí», es ahí donde comienza a surgir la melodía. Para que el animal cante es necesario darle una serie de facilidades. «Es conveniente ponerles un hilo musical de fondo que ayuda para que los pájaros no se interfieran entre sí con los cánticos».
Guillermo explica que siempre tiene puesta música clásica y que esto ha dado de resultado «tener 8 pájaros y ninguno con la misma canción». Para la preparación a las competiciones Guillermo lo tiene muy claro, pues ya es un auténtico veterano en la materia. Recomienda tener «mucha paciencia y entrenamiento». «Hay que tener en cuenta que si los pájaros nacen en marzo, hasta noviembre o diciembre no comienzan a cantar», explica aludiendo a que es un proceso complicado.
Además, hay que seguir una serie de pasos para conseguir que con el tiempo el pájaro forme su melodía. «Hay que tenerlos en penumbra una temporada y poco a poco habituarles a la gente y a la luz. Al estar acostumbrados a la oscuridad cuando ven la luz piensan que es de día y comienzan a cantar», narra Redondo. Guillermo confirma que es un trabajo muy esclavo, pues «son animales que hay que estar pendiente de ellos casi las 24 horas», pero que es una cosa «que te tiene que salir de dentro». Por el momento, Guillermo continúa con la cría en casa de seis hembras y tres machos para próximas competiciones a las que está deseando asistir. En su calendario ya figura la próxima cita a la que no piensa faltar. «El próximo mundial se celebra en Portugal, no me lo pierdo», termina.
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