Valladolid
Los forenses investigan cada vez más muertes accidentales, sobre todo por caídasEl personal del Instituto de Medicina Legal efectuó menos autopsias en 2024, un año con una nueva merma en los suicidios
El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valladolid, Salamanca y Palencia al habla en su memoria anual. Sí, en octubre se ha hecho ... pública la de 2024 y de la misma se desprende que las muertes investigadas se mantienen en la provincia vallisoletana. De las 285 del 2023 por las 282 del año pasado. Estadística global similar, pero con connotaciones porque se han efectuado menos autopsias al pasar de 188 a 157. En el lado contrario de la balanza crecen las muertes naturales informadas (92 por las 76 del 2023) y las muertes violentas (33 por 21).
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De todas ellas fue noticia el homicidio de Mónica Álvarez presuntamente a manos de su pareja Juan Carlos San José en agosto de 2024. Homicidio acreditado, el único del año pasado, y que se refleja en la memoria anual por heridas de arma blanca por dos cuchillos en un procedimiento judicial que aún sigue en la fase final de su instrucción. Esta fue una de las 282 muertes analizadas por los doce médicos forenses destinados en Valladolid. El resto fueron 58 accidentes casuales (64 en el 2023), tres accidentes de trabajo (seis), 19 víctimas de accidente de tráfico (20) y 49 suicidos (53).
A pesar de esa ligera disminución de las muertes autolíticas (36 hombres y trece mujeres), las ahorcaduras y las precipitaciones encabezan los suicidios en Valladolid. Por edades, se dan más en la franja de edad de los 41 a los 50 años, mientras que mayo es el mes con más casos. De esta forma, los suicidios suman su segundo año de descenso consecutivo en la provincia vallisoletana después de que en 2022 se registrara la cifra más elevada del actual siglo (55).
De los análisis de los forenses se deprende también que cada vez se investigan más muertes accidentales. Si en el 2001 eran 27, en 2024 fueron 58. De hecho, en los últimos tres años siempre se ha superado el medio centenar. La mayoría son por caídas (36), si bien en este epígrafe se incluyen los atragantamientos (5), la reacción adversas a las drogas (4), las intoxicaciones alcohólcias y de medicamentos (5) o las dos personas que perdieron la vida por traumatismo por animal (toros).
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Por su parte, los accidentes de tráfico siguen su tendencia a la baja y vuelven un año más a estar por debajo de los 20 (concretamente 19). Lejos quedan los números, por ejemplo, de 2002 con 111 muertos en accidentes de tráfico. En este año, tres fueron atropellos a peatones (todos mayores de 70 años), tres motoristas, nueve conductores de coche y cuatro ocupantes. Cifras ligeramente superiores a las que ofrece la Dirección General de Tráfico (DGT), que cuantifica en quince los fallecidos al abordar los datos, únicamente, en carreteras interurbanas de la provincia.
Los accidentes laborales se quedaron en 3 durante 2024. Todos ellos hombres y englobados en una caída y dos por exposición a fuerzas mecánicas. De esta forma, se pone de manifiesto al tendencia a la baja en este epígrafe, después de que en 2006 fueran catorce. Un apartado en el que la Junta de Castilla y León, en 2024, eleva hasta los siete, pues entre otros aspectos incluye tres personas que fallecieron a causa de infartos, consideradas «patologías no traumáticas asociadas al deterioro de las condiciones de trabajo: aumentos de carga, ritmos de trabajo, fatiga, estrés...», si bien estos fallecidos no los encuadra dentro de las mismas estadísticas de la memoria del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
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Aquí solo han entrado las muertes de Isidro Elvira, el agricultor palentino fallecido en Villalba cinco días antes de jubilarse (mayo de 2024); Reinaldo Cuéllar (marzo de 2024), el peruano que dijo adiós a sus planes de futuro en España en una zanja de las obras de la red de calor del barrio vallisoletano de Villa del Prado; Pablo Barrigón (noviembre de 2024) y el cigaleño al que se le cayeron encima unos tubos en La Mudarra.
Dentro del trabajo diario de los forenses se encuentran también las autopsias de las muertes naturales (92), si bien la gran mayoría tienen relación directa con enfermadades cardiacas, especialmente el infarto de miocardio agudo.
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Víctimas de agresiones
Y de los muertos a los vivos, porque los forenses no trabajan únicamente con cadáveres. Su día a día va más allá de enfrentarse a autopsias, pues son los encargados de evaluar a víctimas de agresiones, de informes psiquiátricos y de ir a juicios. No hay día sin acudir a los juzgados o de conectarse por videoconferencia. De hecho, en Valladolid acudieron en 2024 a 475 juicios (453 ordinarios y 22 rápidos).
La relación de lesionados reconocidos según la causa, incluida las revisiones, fue de 1.020 reconocimientos. La mayoría por agresiones (501), seguidos de los accidentes de tráfico (245) y laborales (65). A esas hay que sumar otras 209 calificadas en el epígrafe de otros. En este apartado no se incluyen los reconocimientos realizados en los procedimientos de violencias de género y domésticas, ni las solicitudes de periciales extrajudiciales.
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De igual manera se reconocieron a 804 personas de las que se emitieron informe psiquiátrico. Se efectuaron 448 internamientos y 356 imputabilidades.
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