Los sabores de toda España llegan a Valladolid con las casetas regionales

Si viniste a vivir a Valladolid y echas de menos la comida de tu tierra estás de suerte. La butifarra catalana, el rebujito andaluz, las patatas a la riojana o la fabada asturiana entre otros muchos productos podrán degustarse estos días en las casetas regionales junto al recinto ferial. El desfile de todas las casas y centros ha servido para inaugurar la 37ª Feria de Folklore y Gastronomía en una primera jornada que en apenas una hora ha abarrotado el aparcamiento del estadio José Zorrilla. El izado de las banderas de España, Castilla y León, la Federación el Principado de Asturias y León ha servido para avisar del comienzo de la feria, aunque muchos no se han podido resistir y ya habían comenzado a tapear por la zona.

La caseta catalana ofrece calçots con salsa romescu, patatas bravas y con ali oli y tostas de jamón y tomate, aunque la tapa estrella es la tosta de butifarra, pues el olor de la barbacoa atrae nada más entrar al recinto de la feria. Al lado está la de Murcia, con caldero del Mar Menor, migas murcianas y una variante muy sabrosa para los veganos, paella de la huerta. Hay casetas más animadas, como la Casa Charra, donde el folklore recibe al ritmo de castañuela. Ahí triunfan las chichas con huevo, la morcilla, el farinato y el montadito de lomo con pimientos. En tan solo unos metros se realiza el viaje a Asturias, esta vez con la característica música de la gaita, un ambiente perfecto para probar el bollo preñao, beber sidra o incluso comer un plato contundente de cuchara como unas buenas fabes con almejas.

La caseta que reina por encima de todas es sin duda la andaluza. Tanto es su éxito que muchos acuden con el traje de flamenco como si de la Feria de Abril se tratase. Tiempo para bailar hay, pues la afluencia a esta caseta requiere incluso la organización mediante filas para hacer el pedido por una parte y recogerlo por otra. Todo el mundo quiere probar los chopitos, boquerones o calamares de una región famosa en gran parte gracias a su rica gastronomía.

Por la Rioja triunfa el lomo con pimiento y el tomate de la huerta, en Canarias las papas con mojo rojo y verde, en el Centro leonés la cecina o los pimientos del Bierzo y de Valencia las croquetas de chipirón y boletus. Incluso hay comida de otros continentes, como las croquetas de pincho moruno en la caseta de Melilla. De Galicia, como no, llega el pulpo, el albariño y la empanada. Para una buena digestión está el café con orujo de Potes en la Casa de Cantabria, donde están las famosas anchoas del Cantábrico. Y para quien quiera un pincho de lechazo, «¡pero de lechazo lechazo!», el rincón perfecto es el Centro segoviano. De las gastronomía navarra destacan las migas, las pochas y el bacalao al ajorriero. Y sin salir de la región, puedes disfrutar del arroz a la zamorana y las chichas de Zamora o de las patatas revolconas y el pepito de ternera en la caseta de Ávila.