Ana Redondo: «Pido sentido común a todos en estas fiestas, las mejores posibles»

–¿Cree que era necesario organizar las fiestas a pesar de que la situación no es con la que todos soñábamos?

–Sin duda, y más después de muchos meses de pandemia y de que la ciudadanía haya vivido, o tal vez siga viviendo, situaciones complicadas. Con el 70% de la población vacunada, nadie entendería que el Ayuntamiento de Valladolid no hiciese un esfuerzo por conciliar la fiesta, y el empleo que esta conlleva, con las medidas sanitarias establecidas y con la responsabilidad que merece este momento. Ahora toca vivirlas y disfrutarlas al máximo pero, ¡cuidado!, de forma responsable.

–Con esta situación sanitaria, ¿son las mejores fiestas posibles?

–Sí, porque contamos con más de 350 actividades en el programa, de tal forma que toda la ciudad va a contar con propuestas de gran calidad para disfrutar tanto en recintos acotados –La Pérgola, Poniente, Plaza Mayor...– como en muchas plazas de los principales barrios de Valladolid. El hecho de tener que mantener un presupuesto a la medida de las restricciones establecidas nos ha obligado a confeccionar varios programas –hasta cuatro distintos, el último se cerró diez días antes del comienzo de las fiestas–, y esto ha supuesto para los técnicos y todo el equipo de la Concejalía de Cultura y Turismo un esfuerzo añadido.

–El presupuesto es un 30% menor que el de las fiestas de 2019, las últimas que se desarrollaron con normalidad.

–Sí, aunque hay muchas menos actividades que en 2019, en este caso el programa se ha encarecido por los refuerzos en materia de seguridad que hemos tenido que establecer para que todo se desarrolle sin problemas, de forma controlada.

–Esa cantidad que el Ayuntamiento se ha ahorrado ¿irá destinada a las fiestas de 2022?

–La elaboración de los presupuestos municipales es más compleja, no es tan sencillo trasladar directamente el ahorro de una partida como la de fiestas al programa de las del ejercicio siguiente. Cada año debemos hacer uno nuevo, y ahora ya estamos previendo el presupuesto de 2022, y en él, en principio, contaremos con los ingresos previstos para ese año. El dinero ahorrado entra en una partida denominada 'Remanentes de tesorería', que incluye cantidades que no hemos podido gastar por determinadas circunstancias. En los dos últimos años, nosotros hemos tenido que movilizar remanentes, y este año, sin ir más lejos, lo hemos hecho para cubrir las necesidades de sectores –el de la Cultura y el Turismo–, muy vapuleados por la pandemia y que necesitaban actividad, algo que se traduce en contrataciones y programaciones, o lo que es lo mismo, en un desembolso importante de dinero. Intentaremos que el presupuesto para las fiestas de 2022 sea mayor, y si es necesario activar ese remanente, lo haremos. Nadie entendería un ahorro de la administración en un momento de crisis donde el sector cultural y el turístico necesitan una inyección económica y de apoyo público.

–En el primero de los programas pensados, ¿cuál era el plato estrella?

–Aparte de querer contar con Keane y The Hives, teníamos muy avanzadas las conversaciones para traer a la Plaza Mayor a una estrella de la música internacional como Jason Derulo. Habíamos trabajado pensando en un importante revulsivo para la ciudad, un artista de impacto mundial que nos volviera a situar como una ciudad puntera a nivel festivo y que fuera atractivo incluso para ciudadanos de otros puntos de España y Europa. Queríamos hacer que las fiestas fueran el pistoletazo de salida de una recuperación económica sostenida sobre la base de la cultura y del espectáculo de calidad. No ha podido ser pero seguimos trabajando, primero para que estas fiestas sean las mejores que se pueden tener en estas condiciones sanitarias, y después para que las próximas, las de 2022, sean las mejores en calidad y espectacularidad respecto a la de los últimos años.

–De momento ya estamos inmersos en las fiestas de este año, ¿qué pediría a la ciudadanía?

–Les pido sentido común, aunque creo que la ciudadanía de Valladolid siempre responde, y lo ha demostrado en muchas de las actividades que hemos desarrollado como la celebrada recientemente, el Festival de Teatro y Artes de Calle de Valladolid (TAC), que ha ido estupendamente, con más de 200 espectáculos programados, y donde los ciudadanos han demostrado un civismo exquisito. La verdad es que todas las actividades culturales y deportivas complejas y con limitaciones que se han celebrado en Valladolid en los últimos meses se han desarrollado con normalidad, y una cosa muy importante: sin que se hayan producido contagios derivados de ellas.

–¿Vuelve a insistir en que la cultura es segura?

–Sí, lo hago, la cultura es segura y ejemplar, y día a día lo demuestran los artistas y los técnicos que se preocupan de la seguridad en todos los eventos que se organizan. Insisto en que estoy convencida de que la ciudadanía va a responder en estas fiestas, aunque estamos hablando de una actividad más masiva, donde participan grupos de todas las edades. Pero más que los problemas que puedan surgir en las actividades programadas por el Ayuntamiento de Valladolid, me preocupan los botellones que se organicen en distintos puntos de la ciudad; de hecho, por eso desde el primer momento pensamos en programar porque hemos mantenido que la mejor forma de evitar los botellones era y es ofrecer alternativas de ocio seguras e interesantes para todos los públicos, pero especialmente para los jóvenes, que, como es lógico, buscan su forma de divertirse.

–¿Comparte la postura de las peñas de desmarcarse del pregón de las ferias de Valladolid y de cualquier acto festivo por la Covid?

–Entiendo que no quieran movilizar a un sector de la ciudadanía, el más joven e impulsivo, aunque en privado me han manifestado su total comprensión a la situación y me han mostrado su apoyo al esfuerzo que hemos hecho para confeccionar el programa. Pero no solo los peñistas, sino todos los miembros de la Comisión de Fiestas con los que hemos trabajado y sin los cuales nada sería posible.