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El alcalde de Valladolid, Óscar Puente; el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar; y la presidenta de Empresarios de Hostelería, María José Hernández,; entre otros, asisten a la inauguración de la Feria de Día. Ical

La Feria de Día llena de gente las casetas en la jornada de su inauguración

Los hosteleros destacan la «calidad de los pinchos y la limpieza» y esperan que las bajas temperaturas nocturnas no sean condicionante

Álvaro Gómez

Valladolid

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Sábado, 7 de septiembre 2019, 14:35

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Es difícil pasear por Valladolid sin pararse a tomar una copa de vino y una tapa durante el año, pero con la Feria de Día y el olor que desprenden las casetas recién abiertas, el tapeo se convierte estos días en obligatorio. Lo han comprobado de primera mano los asistentes a la inauguración de la Feria de Día de esta mañana junto a las casetas de la calle María de Molina. Ha estado el alcalde, Óscar Puente, quien desea que desaparezca el aire y el buen tiempo se apodere de la ciudad durante estos días y que además «funcione la programación que hemos preparado, que la gente salga a la calle, que las casetas estén llenas y que vivamos una semana plena». Al acto de apertura de la Feria de Día han acudido concejales, el presidente de la Diputación y otras personalidades para abrir apetito en las horas previas de sentarse a la mesa.

También ha estado la presidenta de la Asociación de Hostelería, María José Hernández, que hace hincapié «en la calidad de los pinchos y la limpieza». Como el alcalde, también avisa del peligro del tiempo, aunque el viernes «empezamos con mucha fuerza a pesar de que las temperaturas mínimas fueron bastante bajas». Hernández espera que la afluencia sea «masiva» en los próximos días y que «todos los sectores que giren alrededor de la hostelería facturen». Recuerda a los ciudadanos que «es preciso un poco de civismo a la hora de disfrutar» e invita a que durante la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo «la gente salga a la calle». Para los vallisoletanos y visitantes de la ciudad hay disponibles hasta 97 casetas repartidas por diferentes puntos de la ciudad, abiertas prácticamente a cualquier hora (el horario establecido es de 12:00 a 1:00 horas), además de 47 establecimientos que ofrecen tapeo de interior.

La inauguración se ha celebrado en la caseta del restaurante El Claustro, donde trabaja María del Carmen Martín. «Si trabajas en la hostelería es porque realmente te gusta», considera la trabajadora, quien confiesa que durante estos días detrás de la barra «entre comillas también estás de fiesta, es otra manera de trabajar». A unos metros, en otra caseta sirve Jesús Ángel Valdivieso, quien se muestra «muy contento porque hay mucho trabajo por delante». «Esta es una zona muy recogidita pero muy buena y el producto de las casetas es fenomenal». En la de Angelillo sirven guiso del día, morcilla de Cigales o salchichas al vino, «cosas muy ricas y para un público que estamos deseando atender».

Música y tapas

Con la Feria del Día inaugurada oficialmente, la tregua que da el viento y la buena temperatura, la gente se ha echado a la calle para saborear hasta el último pincho de las casetas. Para Rodrigo, un joven universitario de Segovia que estudia en Valladolid y ha adelantado su llegada, «esta es la mejor época del año para disfrutar de la ciudad». Come una hamburguesa con queso brie y mermelada de bacon y lo hace junto a sus amigos en Fuente Dorada, pues ya en la jornada inaugural de las casetas se puede ver que la gastronomía es un punto de unión ideal para echarse a la calle. La música en directo ha animado a más de uno a bailar mientras se acababa el pincho y pensaba a qué caseta acudir después. Las que han triunfado como siempre fueron las de la Plaza de la Universidad, donde hay diez casetas con productos muy variados como el bocadillo de calamares, la paella, las patatas revolconas o la chapata de pincho moruno.

Otra zona muy transitada especialmente por la noche es la de la Acera de Recoletos, que cuenta con doce casetas. Su cercanía a la Plaza Mayor consigue que muchos opten por cenar por esta zona y en cinco minutos plantarse junto al escenario para escuchar el concierto de turno

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