La fiesta de la lectura en el barrio de la Victoria

Un año más, y con éste van ocho, los vecinos de la Victoria se han volcado para celebrar el Día del Libro, que se ha convertido en un día de fiesta para todo el barrio. La gran cita con la cultura y la lectura tuvo lugar en el templete de la Plaza de la Solidaridad, donde desde primera hora de la tarde de hoy viernes, se llevaron a cabo actividades lúdicas y culturales. La organización corrió a cargo de la Asociación Vecinal «Los Comuneros» y de su club de lectura, y contó con la colaboración de la Concejalía de Participación Ciudadana, Juventud y Deportes, los libreros del barrio, el grupo scout Gilwell y los colegios Pedro Gómez Bosque y Miguel Delibes.

El poeta Antonio Machado fue el protagonista de esta gran fiesta cultural, al coincidir este año con el 80 aniversario de su fallecimiento. Los participantes leyeron algunos de sus versos, ante un numeroso público. «Se trata de un día muy especial, que se vive en familia. Los padres y abuelos vienen por el interés que muestran los niños en participar en esta jornada. Creemos que es una forma estupenda de que aprendan mientras disfrutan en las calles del barrio. Todos los participantes en la lectura se han llevado una planta como recuerdo de este día. Es una forma de inculcar también el cuidado de la naturaleza», explica Carmen Zapata, organizadora del club de lectura y miembro de la directiva de la asociación Los Comuneros.

Tras la lectura de poemas, la fiesta prosiguió con juegos para niños y una gran yincana en la cual, los pequeños tuvieron que emplearse a fondo para encontrar los fragmentos de algunas obras literarias que previamente habían escondido desde la organización en diferentes rincones de la plaza.

Las librerías del barrio, Goyo y La Victoria, no quisieron dejar pasar la oportunidad de atraer nuevos lectores y de enseñar y educar a través de los libros. Los sacaron a la calle y afinaron sus descuentos para aquellos ejemplares adquiridos en sus puestos. En la jornada hubo espacio también para una exposición de labores que fue preparada por los propios vecinos, que quisieron mostrar en directo sus habilidades en el arte de hacer bolillos. Sin duda, ésta es una jornada de fiesta de hermandad, que año tras año va ganando adeptos, a los que les mueve el único interés de promover la lectura entre el vecindario.