Tribunales en Valladolid

Excarcelan al acusado de intentar incendiar la comisaría de Delicias antes del juicio

Así que la vista contra el presunto autor del delito de estragos que le atribuye el fiscal, que saltó al interior del recinto de la comisaría con una garrafa de gasolina, tendrá que volver a señalarse en la agenda de la Sección Cuarta y ponerse a la cola de los numerosos reseñalamientos motivados por las huelgas de justicia que se suceden desde el 24 de enero pasado, primero las de los letrados de la administración judicial y, actualmente, la que siguen los funcionarios y que mantienen sine die porque las negociaciones con el Ministerio están rotas.

La Fiscalía, aunque reconoce que el acusado tiene problemas mentales, mantiene la imputación contra el acusado, de quien todavía se desconocen las motivaciones que le llevaron a la comisaría «con ánimo de causar destrucción o deflagración». Todo comenzó a las tres de la madrugada del 7 de febrero pasado, cuando el acusado se dirigió a la gasolinera de la Ronda Este, en la carretera de Madrid N-601, en el punto kilométrico 187, y allí compró una garrafa de plástico con boquilla flexible dosificadora y la llenó con 10 litros de gasolina. Compró también un mechero y después se fue caminando hacia el centro de la ciudad por el Paseo Juan Carlos I. Llegó sobre las 3:55 horas a la altura de la Comisaría de Policía de Delicias y, junto a la valla que linda con la calle Padre Benito Menni, hizo jirones un trapo a modo de mecha. Luego saltó al interior del recinto policial y en la zona del aparcamiento se situó detrás de una caseta de obra. Allí comenzó a manipular la garrafa con el trapo a modo de mecha.

Un policía que se encontraba en funciones de seguridad observó a través de una de las cámaras que controlan el perímetro del edificio policial como el intruso se descolgaba por la valla y alertó a otros dos compañeros que en ese momento se encontraban realizando tareas administrativas. Estos localizaron al acusado tras la caseta de obra junto a la garrafa de gasolina y le preguntaron el motivo de haber entrado allí, sin obtener de él «una respuesta coherente».

Aunque el acusado no llegó a encender la mecha ni prender fuego a la gasolina que llevaba, sostiene el fiscal que «en las instalaciones policiales se encontraban en ese momento trabajando varios agentes, por lo que existía un riesgo tanto para su vida como para los bienes de la Comisaría, existiendo varios vehículos estacionados en el lugar». Pide para él, por un delito de estragos en grado de tentativa o, alternativamente, un delito de incendio con riesgo para la vida e integridad física, también en grado de tentativa, seis años de prisión.

Sin embargo, la acusación pública aprecia que el acusado presenta un diagnóstico compatible con trastorno de la personalidad y es parcialmente imputable (circunstancia atenuante de alteración psíquica) «debiendo estar sometido a seguimiento y tratamiento psiquiátrico, en principio, ambulatorio o, en función de su evolución, puede requerir internamiento». Por ello solicita alternativamente al tribunal que se acuerde el internamiento adecuado a la alteración psíquica que padece, también por ese plazo de seis años.