Dos estudiantes vallisoletanos cruzan el desierto de Marruecos en un Renault 4
Íñigo Subrá y Asís Valentín Gamazo han participado en Unraid, una competición de carácter benéfico
LAURA ASEGURADO
Valladolid
Sábado, 24 de marzo 2018, 21:52
El objetivo era cruzar Marruecos de Norte a Sur en un Renault 4 matriculado en el año 1983. Lo han conseguido, y para colmo, han quedado novenos de entre más de cien participantes. Nada mal si encima tenemos en cuenta que era su primera vez. Íñigo Subrá y Asís Valentín Gamazo, dos estudiantes de la Universidad de Valladolid, aceptaron el reto Uniraid, una competición por tierras africanas con carácter benéfico exclusiva para estudiantes. Sin duda, todo un desafío para ellos pero que no dudan en volver a repetir.
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«Nueve días por el desierto en turismos de más de 20 años», anunciaban los organizadores. El reto, superar siete etapas con la única ayuda de un mapa, una brújula y un ‘roadbook’. «Nos ha resultado más duro de lo que pensábamos», recuerdan los chicos de Desguaces Cano –así se llama el equipo de Íñigo y Asís–, que han llegado a estar «hasta 13 y 14 horas conduciendo». Pero si se trata de atravesar las cordilleras del Atlas, navegar por algunos de los raid más importantes del mundo, surcar las dunas del desierto o acampar al aire libre bajo los estrellas, no hay mal que por bien no venga.
Granito de arena
«El reto no comienza en Marruecos», cuenta Íñigo. Antes hay que preparar el coche y conseguir patrocinadores, una tarea nada fácil pero que merece la pena si se trata de llevar un poco de ilusión y facilitar las condiciones de vida de los habitantes del desierto. Pues uno de los objetivos era entregar material educativo y solidario a los niños de la escuela Al Kwam, un poblado del desierto. «La reacción de los pequeños al llegar allí era impresionante. Te das cuentas de lo mal que lo pasan algunos y de los lujos de los que disponemos nosotros. Ellos con un boli y un papel eran los niños más felices del mundo», aseguran. «Nos hemos quedado atónitos ante lo bien que nos ha tratado la gente de allí y lo agradecidos que son. La verdad que es un placer poder aportar nuestro granito de arena en estos casos».
Íñigo y Asís recuerdan –ahora entre risas– su primer día en suelo africano. «Nos perdimos nada más llegar al desierto, menos mal que dimos con un bereber de allí, que no hablaba francés, pero que gracias a una foto y mediante signos conseguimos montarle en el coche y que nos llevase hasta nuestro destino». Con menos gracia recuerdan cuando estuvieron una hora y cuarto en la reserva sin gasolineras en varios kilómetros a la redonda. «Sorprendentemente nuestro ‘4 latas’ aguantó», cuentan.
Sin duda, una experiencia única la de estos dos vallisoletanos de la que se llevan, entre muchas cosas, grandes amigos. «Nos encantaría repetir y tenemos intención de volver a participar en la edición de 2019».
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