Espantapájaros con limitaciones de seguridad
Serrada ·
La localidad celebra una nueva edición de esta singular tradición, con una pancarta en forma de mascarilla y con creaciones de homenaje al personal sanitarioTuvieron dudas hasta el último momento debido a la situación provocada por la crisis sanitaria de la covid-19. Vacilaron si era el mejor momento de poner en marcha una de las iniciativas culturales más originales de la provincia de Valladolid. Tras darle muchas vueltas y tras barajar todas las opciones, el Ayuntamiento de Serrada decidió celebrar, un año más, el día del espantapájaros. Esta actividad, pionera en la provincia de Valladolid y que ha sido referente para iniciativas similares que se desarrollan desde hace dos años en otras localidades próximas como Urueña, tiene como objetivo que los más pequeños de la casa y los mayores disfruten de una jornada veraniega diferente creando monigotes con materiales reciclados.
De esta forma, además de ser un día de convivencia intergeneracional, también recuperan y adaptan a los nuevos tiempos una de las tradiciones más arraigadas del municipio. Según reza la leyenda durante una noche de julio se celebraba una reunión de labriegos, quienes se pasaban hasta la madrugada bailando y bebiendo alrededor de un espantapájaros que ellos mismos realizaban con el único fin de ahuyentar a los malos espíritus y atraer las buenas cosechas. La celebración de este ritual fue pasando de generación en generación hasta que cayó en el olvido y hace más de una década y media la administración local junto al Centro de Iniciativas Turísticas Manta Verde decidieron recuperar esta peculiar costumbre.
«Este año no queríamos perder la celebración del Día del Espantapájaros y decidimos adaptarla a los nuevos tiempos que estamos viviendo por la pandemia», explican en el área de Cultura y Turismo del Ayuntamiento y el alcalde, César López, que concretan que «sabíamos que teníamos que ser muy rigurosos y escrupulosos con las medidas de seguridad y que este año no podría participar mucha gente de otras ciudades». Y es que es tal el éxito de esta actividad que en pasadas ediciones además de contar con participantes de toda la provincia de Valladolid, también suma a su libro de visitas a estudiantes, grupos de amigos y familias procedentes de diversos países como Portugal, Italia, Turquía, Rusia, Croacia, Irlanda y Ucrania.
Seguridad y mensaje
La celebración de este año tuvo que dejar aparcado hasta el próximo verano la tradicional procesión de espantapájaros y la comida de hermandad. Además, el Ayuntamiento consideró que lo más acertado era que los participantes realizaran en sus casas los muñecos. «Una vez que configuramos al completo el listado de participantes desde el Ayuntamiento facilitamos parte del material, al igual que en otras ocasiones, pero este año cumpliendo todas las normas de desinfección», explican, que concretan que «además de cambiar el formato, también hemos cambiado la ubicación de los espantapájaros que están plantados en un terreno próximo al Centro Cívico y Cultural». Este cambio de ubicación supone una gran mejora en seguridad vial ya que «mucha gente que pasa por Serrada y decide parar para hacer fotografías y teníamos miedo a que ocurriera un accidente».
Como en ediciones anteriores las botellas, vasos o tubos de plástico han dado vida a las creaciones en las que además de los tradicionales racimos de uvas, cantantes de rock, sirenas, agricultores y pescadores hay médicos y enfermeras en homenaje a su labor. La covid también se ha colado en el día de los espantapájaros y el Ayuntamiento ha decidido crear una gran pancarta con forma de mascarilla en la que se puede leer el mensaje: 'úsala'.