Duván gana la pelea contra su enfermedad rara en Valladolid
A sus nueve años, ha vuelto a jugar al fútbol en el Don Bosco a pesar de la dolencia de Perthes, por la que sufre necrosis en la cabeza femoral
No hay sonrisas que no valgan la pena, pero sobre todo valen si aquel que la esboza es tu hijo. Y es algo que persiguen ... papás y mamás como Cristina Izquierdo, que tratan de visibilizar la enfermedad de Perthes, una causa a la que ayuntamientos como el de Valladolid y el de Laguna de Duero se unen hoy, con motivo del día de la concienciación sobre la enfermedad.
Dicha dolencia afecta principalmente a niños, concretamente, a 1,5 de cada 10.000, y consiste en la necrosis de la cabeza femoral debido a la disminución del riego sanguíneo, que provoca síntomas como cojera, rigidez en la cadera, restricción en el movimiento o dolores en la ingle, el muslo o la rodilla. Así fue cómo se manifestó en el caso de Duván García, el hijo de Cristina. «En diciembre de 2019, jugando al fútbol, empezó a cojear. Le llevamos al médico y le mandaron reposo pensando que era una sinovitis, pero, al mes, no se le pasó le hicieron una radiografía y se lo descubrieron. Tuvo que dejar el deporte y tuvo una época buena, pero durante el confinamiento empeoró muchísimo y le tuvieron que operar», narra su madre, feliz, no obstante, de que Duván volviera a jugar ayer al fútbol con sus compañeros de siempre, en el Don Bosco, tras recibir el permiso del traumatólogo.
Esa reaparición no es baladí, porque le sirvió para verse normalizado otra vez. «Cuando le dijeron que tenía que dejar de jugar se le vino el mundo encima, porque lo que más le gusta es el fútbol, pero tampoco puede correr, saltar o subirse a un tobogán, como cualquier otro niño», prosigue su relato Cristina. Todo ello se convirtió en un problema insospechado incluso en el colegio, donde encontró trabas que le hicieron recurrir a la Junta hasta que consiguió que en su colegio pusieran un ascensor. «Querían que fuera a un colegio adaptado. Psicológicamente todo eso le dejó por los suelos, porque escuchaba todo», lo que hizo que su humor cambiara, afectado no solo por los dolores propios de la enfermedad, que, para más inri, «pasó de ser algo leve a volverse agresivo», lo que le provocó que pasara «cinco o seis meses en silla de ruedas» debido a los fuertes dolores que padecía. Después de la realizársele un TAC, durante el confinamiento, se determinó que debía someterse a una osteopatía varizante, con la que cortaron «un trocito de hueso» para que la bola del fémur volviera a entrar en la cadera «lo más redonda posible», puesto que «se le estaba saliendo e iba completamente inclinado».
La Asociación de Familias con Perthes, una esperanza verde
En ocasiones, en mitad de la tormenta, es difícil ver la luz. La familia de Duván y Cristina, como otras cuatro en la provincia de Valladolid, encontró apoyo, cariño y comprensión; al fin y al cabo, claridad, en la Asociación de Familias con Perthes. «Si no es por ASFAPE, no sé dónde estaríamos ahora con el niño», respira aliviada Cristina Izquierdo, que cuenta cómo en Valladolid no había especialistas en la enfermedad y sí desconocimiento. «Gracias a esa información vimos la salida del túnel», insiste, y su hijo pudo ser operado con la ayuda y los consejos de médicos de Madrid y Sevilla.
Fue un nuevo paso en una lucha que seguirá, pero en la que ganó una batalla volviendo a vestir la camiseta del Don Bosco en la jornada de este fin de semana. «Cuando lo tuvo que dejar, nos dijeron que le guardarían la plaza, y han cumplido. Hasta ahora solo podía hacer bici o nadar, solo o con la familia. Volver a jugar es primordial para su recuperación, porque luchar contra la enfermedad es muy duro, y ha sentido el apoyo de sus compañeros y el de sus padres», destaca agradecida su madre, que alerta de las secuelas sufridas por la falta de conocimiento sobre una enfermedad que teñirá hoy de verde esmeralda la Cúpula del Milenio y los Ayuntamientos de Valladolid y Laguna de Duero.
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