Valladolid

Día sin Coches: menos compras, menos cafés y más paseos

Sólo buses, taxis, bicicletas, vehículos con tarjeta PMR, emergencias, residentes, vehículos eléctricos y de gas han podido entrar en el perímetro y eso ha hecho que se viera más gente de lo habitual caminando por el centro. Pero esa mayor presencia de viandantes no se ha traducido en un incremento de la clientela, tal y como afirman varios hosteleros y comerciantes consultados. Por ejemplo, desde la cafetería del Lion d'Or de la Plaza Mayor aseguraban haber registrado una importante merma en la venta de cafés a primera hora. «Hace bueno, es viernes y se está notando bastante. No hay nadie en la terraza y lo normal es que estuviera casi llena», reconocía Silvia Pola, encargada de este conocido establecimiento.

El sentir de los hosteleros era similar en todos los establecimientos, aunque desde el otro lado de la barra de El Ideal Nacional, famoso por sus cafés a un euro, se señalaba que la carga de trabajo había sido similar a la de días atrás y en el Café Continental se indicaba que el día estaba siendo «un poco más tranquilo de lo habitual», aunque el camarero no sabía si atribuir esta circunstancia a las nubes que poblaban el cielo o a la falta de vehículos por las calles.

En lo referente al comercio, el presidente de los comerciantes del Mercado de la Marquesina, Félix Gómez, tenía bien claro que el Día sin Coche afectó negativamente a las ventas. «Nos está haciendo daño, pero no es lo único. Cuando no es el Día sin Coche, es una huelga o te hacen una etapa de La Vuelta que te corta la ciudad entera», explicaba este frutero con una mezcla de rabia y frustración mientras sus clientes asentían e incluso alguno se atrevía a decir que «vivir en el centro es un problema».

Pero no todo fueron sinsabores en el Día sin Coches. La asamblea Ciclista de Valladolid convocó su tradicional bicicletada y los usuarios de Auvasa pudieron subirse al bus gratis y con un periódico como obsequio, lo que incrementó el número de viajeros diarios hasta los 102.262, bastante más de lo que suele ser habitual. Tampoco pagaron los conductores que estacionaron su vehículo en los aparcamientos disuasorios de la ciudad, algo que agradecieron los madrugadores que pasaron horas en la cola de la Feria de Valladolid para acceder al esperado concierto de Quevedo, que pudieron dejar el avituallamiento en el coche y acercarse a él en busca de comida y bebida con la que pasar la espera hasta el inicio de la actuación.

Ante la imposibilidad de entrar al centro en vehículo privado, se podía llegar a pensar que vecinos y visitantes decidieron coger el taxi, pero el presidente de Radio Taxi, Alberto Romo, aseguraba que no fue así. «El autobús es gratis y encima lo que suele hacer la gente cuando pasan estas cosas es no acudir al centro. Así que no hemos tenido ningún pico», explicaba Romo que, junto al colectivo que representa, fue de los pocos que se pudo adentrar en el perímetro marcado por la calle San Quirce, Cardenal Torquemada, avenida de Sta. Teresa, calle Gondomar, calle Chancillería, Ramón y Cajal, Colón, Cardenal Mendoza, Pedro Barruecos, calle Alonso Pesquera, plaza Cruz Verde, calle Labradores, calle Acibelas, calle Cadena, calle Vega, Plaza de España, calle Miguel Íscar, plaza de Zorrilla, paseo de Zorrilla, calle San Ildefonso y paseo de Isabel la Católica.

Y con estas ventajas e inconvenientes pasó el Día sin Coche en Valladolid, una ciudad que se tendrá que acostumbrar a dejar de circular por los 1,07 kilómetros cuadrados por los que no se pudo entrar en coche durante esta jornada que, si nada cambia, se convertirá en la futura zona de bajas emisiones de la ciudad.