Detenida una mujer por explotar sexualmente a otras cuatro en un piso de Valladolid
Las víctimas estaban vigiladas todo el día mediante videocámaras y solo podían salir a la calle durante dos horas
Norte
Domingo, 2 de noviembre 2025, 16:48
Investigadores de la Policía Nacional de Valladolid detuvieron a una mujer el pasado miércoles, 29 de octubre, como presunta autora de un delito de trata de seres humanos por explotar sexualmente a otras cuatro mujeres en un piso de la capital vallisoletana.
La operación se inició a raíz de la toma de declaración a una víctima de trata de seres humanos que se encontraba en situación de necesidad y vulnerabilidad, sin trabajo ni posibilidad de ganarse la vida y que carecía de permiso de trabajo, teniendo que mantener a sus familiares en su país de origen, donde vivían en la extrema pobreza.
Según informó la Policía Nacional en un comunicado remitido a Ical, los agentes del Grupo III de la Unidad contra las redes de inmigración ilegal y falsedad documental de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Valladolid se pusieron sobre la pista de la tratante de la víctima, una mujer también extranjera.
Esta se aprovechó de la desesperación de la víctima por subsistir y mantener a su familia y, una vez la tuvo bajo su control en el domicilio de Valladolid, la obligó a aceptar unas condiciones abusivas e inasumibles para el ejercicio de la prostitución.
La detenida era la que publicitaba los servicios de prostitución de la víctima, la que hablaba y concertaba con los prostituidores los servicios sexuales que tenía prestar, acordaba con ellos los actos sexuales que se iban a realizar y, solo después, informaba a la mujer de lo que debía hacer, sin darle posibilidad de negarse, de rechazar a un prostituidor que no le gustara o de tomarse un descanso si se encontraba enferma.
Era la proxeneta quien también se encargaba de cobrar directamente por los servicios de prostitución de la víctima. Las tarifas las establecía la propia detenida y solo después le entregaba a la mujer la mitad de las ganancias que su servicio sexual había generado.
La víctima tenía que estar disponible para recibir a los prostituidores las veinticuatro horas del día, sin poder salir del domicilio más que un par de horas diarias y siempre solicitando autorización a su tratante. Además, el domicilio estaba controlado por cámaras de video vigilancia, que permitían a la mujer detenida vigilar y controlar en todo momento que la víctima cumplía y acataba las normas impuestas, aun si ella no se encontraba en el lugar.
En el domicilio había otras tres mujeres en situación similar, y las cuatro tenían que dormir hacinadas en literas en la misma habitación, debiendo quedar libre la otra habitación para recibir a los prostituidores.
La detenida las mantenía en una situación de aislamiento y miedo continuo para lograr su total sumisión, amenazándolas con echarlas a la calle si incumplían alguna de sus normas. Esto causaba terror a las víctimas, ya que todas se encontraban en situación irregular en España, desconocían la ciudad de Valladolid y los mecanismos legales en el país, y no tenían lugar en que refugiarse ni a dónde ir.
La operación, denominada Alaska, culminó con la detención de la mujer proxeneta, como presunta autora de un delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. La mujer permaneció bajo custodia en dependencias policiales hasta ser puesta a disposición de la autoridad judicial, que decretó su libertad.