Valladolid
Desalojo de un dirigente vecinal en un pleno al que Vox vuelve a llevar el soterramientoEl alcalde expulsa de la sala al presidente de la Asociación Barrio Delicias por insistir en recriminarle el reparto de tiempos de intervención
El Ayuntamiento de Valladolid ha celebrado el penúltimo pleno ordinario antes de las elecciones municipales y, una vez más, el tono bronco ha sido la ... tónica general. Si en la sesión anterior el PP decidió ausentarse en bloque en mitad de la sesión, en esta ocasión el alcalde, Óscar Puente, ha ordenado desalojar a una persona ubicada en la tribuna del público por intervenir sin permiso y protagonizar un episodio desagradable que acaparó buena parte del protagonismo en una sesión en la que se volvió a hablar del soterramiento.
La persona expulsada fue Luis Trapote, presidente de la Asociación de Vecinos Barrio Delicias, a quien Óscar Puente echó del salón de plenos después de que alzase la voz desde la tribuna de público para indicar al regidor que midiese bien los tiempos de intervención. «El pleno lo dirige la persona que han elegido los ciudadanos democráticamente, no usted. Los tiempos los dirijo yo desde aquí y como siga así lo desalojamos», anunció visiblemente contrariado Puente, quien, al ver que Trapote persistía en su actitud, decidió ordenar su desalojo.
Rifirrafes aparte, la primera moción fue defendida por Javier García Bartolomé, único miembro de Vox en el Ayuntamiento. Por enésima vez, se volvió a abordar en el pleno el soterramiento y, en esta ocasión, se exigió renegociar el convenio de 2017 mediante una moción que contaba con 46 páginas y en las que se argumentaba que no hay obstáculos técnicos insalvables para la ejecución y que el balance económico del proyecto global, incluyendo el soterramiento y las plusvalías de la venta de terrenos, arroja un superávit de 138 millones de euros. García Bartolomé afirmó que ahora la situación es más favorable de lo que lo era en 2017, ya que «la deuda se ha refinanciado» y el valor de los terrenos de los antiguos talleres permitiría cubrir toda la deuda. Además, explicó que el Ministerio de Transportes «ha cambiado la política» y ha puesto en marcha nuevos proyectos en ciudades como Almería. «Aceptaron un pésimo acuerdo para Valladolid. Pueden defender que los túneles del miedo son un éxito, pero son un fracaso», sentenció García, que puso después como ejemplo a Murcia para poner de manifiesto que «soterrar no es una quimera».
Pablo Vicente, de Ciudadanos, tomó la palabra para destacar el trabajo realizado por Vox para presentar la moción y aseguró después que «lo que a lo mejor en 2017 no se podía, ahora es posible. Y tenemos la obligación de escuchar esa posibilidad», indicó para cerrar su primera intervención con esta metáfora: «Merecemos una ciudad con un poco más de luz y menos oscuridad».
María Sánchez, de Valladolid Toma la Palabra, se encargó de replicar a García Bartolomé y señaló que «es la tercera propuesta distinta del soterramiento que hace» para afirmar después que los datos aportados contaban con un «margen de error entre los 261 y los 433 millones de euros» y que la deuda «sigue absolutamente vigente» y no es de 344 millones, «sino de 385 millones de euros, según figura en las últimas cuentas de la sociedad en 2021, pues se han sumado intereses», afirmó Sánchez con un discurso sosegado que el socialista Pedro Herrero se encargó de calentar posteriormente con una frase lapidaria. «Esto no es más que una engañifa electoralista», dijo el concejal de Hacienda para elevar la tensión de un pleno que había transcurrido sin subidas del tono hasta ese instante.
El momento más tenso, el del desalojo del dirigente vecinal, tuvo su repercusión en la bancada popular. Después de que se ordenase que Luis Trapote abandonara la sala, el concejal del PP José Antonio de Santiago-Juárez se dirigió al alcalde en estos términos: «No te calientes», repitió al regidor en varias ocasiones, pero el que se acabó calentando fue Pedro Herrero, quien volvió a afirmar que varias personas del PP iban a cobrar 1.200 euros por «estar sentados ahí». Esa misma frase motivó, en el pleno del mes pasado, la marcha en bloque de la bancada popular, pero en esta ocasión no sucedió lo mismo, aunque Pilar del Olmo se volvió a dar por aludida y respondió con ironía. «Solo por venir aquí y escucharle me considero muy mal pagada», zanjó poco antes de que la moción se tumbara con los votos en contra de PSOE, Valladolid Toma la Palabra y del concejal no adscrito, Martín Fernández Antolín -que dejó las filas de Ciudanos y es uno de los actuales integrantes de la lista del PSOE-, mientras que PP, Vox y Ciudadanos votaron a favor.
Otra de las mociones hizo hincapié en la limpieza de la ciudad y llegó de la mano del PP. La portavoz popular, Irene Núñez, habló de las ratas que pueblan el paseo del Cauce para defender que «se realicen las acciones necesarias para que los espacios públicos y el paisaje urbano esté más limpio». Alberto Bustos, de Valladolid Toma la Palabra, negó la mayor y afirmó que «siempre se puede mejorar, pero no conviene ensuciar el nombre de la ciudad», una frase con doble sentido que precedió a la intervención de Alberto Palomino, concejal de este área, quien indicó que «los datos que tenemos afirman lo contrario. Ustedes siguen las instrucciones de su nuevo candidato y no tienen proyecto de ciudad», zanjó Palomino,
El concejal no adscrito enmendó el punto 2 de la moción, con el apoyo del PSOE, para que se ponga en marcha un análisis que permita volver a funcionar los cinco contenedores soterrados que no están prestando servicio en la ciudad por problemas de seguridad- ubicados en el mercado del Val, Menéndez Pelayo y plaza de Poniente-. El Ayuntamiento trabajo para cerrar un contrato de 105.000 euros para llevar a cabo el arreglo y es reseñable que en este punto Valladolid Toma la Palabra se ha abstenido, cuando el PSOE ha votado a favor.
Obras en la ciudad
El PP solicitó en su última moción que el equipo de Gobierno «evite a los vallisoletanos las molestias derivadas de la mala planificación de las obras». María Sánchez, en su intervención, citó a León de la Riva cuando decía eso de que «para hacer una tortilla hay que romper huevos» y deslizó que las obras suelen molestar a los que no gobiernan. Ahora VTLP gobierna en coalición con el PSOE y Sánchez señaló que «parece que les molesta que se hagan obras».
El concejal de Movilidad, Luis Vélez, fue el edil socialista encargado de intervenir en esta moción, y comenzó su discurso señalando que «escuchar es una de nuestras actividades favoritas», para explicar posteriormente que «no todas las obras permiten la planificación que ustedes indican. Esa labor se realiza en todas aquellas obras en las que es posible hacerlo, las que dependen del Ayuntamiento», indicó Vélez, quien zanjó el asunto señalando que «ni el concejal ni el alcalde programan las obras» para que la votación terminase con doce votos a favor y quince en contra.
En este penúltimo pleno ordinario también hubo tiempo para que el PP preguntase por la modificación del proyecto del túnel de Labradores donde, según lo adjudicado en 2021, se iba a plantear un nuevo paso, pero finalmente «se ensanchará el existente y se ampliará el gálibo», tal y como ha explicado el concejal de Planeamiento, Manuel Saravia, quien ha anunciado que la modificación se ha presentado a Adif y a la Sociedad Valladolid Alta Velocidad.
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