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Los graduados y profesores posan para la foto de familia después del acto en el Conde Ansúrez.
Denuncian trabas para acceder con su hijo de diez meses a una graduación por si lloraba

Denuncian trabas para acceder con su hijo de diez meses a una graduación por si lloraba

«Puede estropear la ceremonia», alegó el personal de control al acto de fin de curso en el que un padre asistía con su bebé

Víctor Vela

Valladolid

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Jueves, 5 de julio 2018, 08:17

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«No, no, con el niño no puedes entrar», le dijeron a Raúl García el pasado sábado, a las puertas del salón de actos del centro Conde Ansúrez, cuando intentaba ocupar su sitio para asistir a la graduación de su mujer, titulada en Logopedia. Raúl llevaba en brazos a su hijo, un bebé de diez meses, que se topó con el férreo control de acceso: «El niño no entra». Prohibido bebés. Lloran mucho y pueden estropear la cremonia. La familia ha enviado una carta al decano de Medicina y ha planteado una queja ante la Universidad por una «extraña discriminación».

El acto tenía previsto su inicio a las 11:00 horas. Raúl se acercó al centro de congresos sobre las 10:15 horas, con tiempo suficiente y cargado con biberón y pañales «porque luego teníamos previsto irnos juntos a comer». Cuenta que fue de los primeros en acceder al recinto. Llevaba su invitación en la mano. «En su día, mi mujer preguntó a una de sus profesoras si había que pedir invitación también para el bebé y le dijeron que no, que como no ocupaba asiento (estaría en brazos de su padre), no era necesario», cuenta Raúl. Su sorpresa fue que, cuando iba a entrar al salón de actos, uno de los hombres que custodiaban la entrada y recogían las invitaciones le comentó que no podía entrar con el bebé. «Me hizo esperar a un lado, hasta que entró todo el mundo. Solo al final me dijo que pasara, que me pusiera atrás del todo y que, al más mínimo llanto o ruido del niño, me echaba», explica Raúl. «Siempre que vamos a un sitio público, a una iglesia, en una sala de espera del médico, nos ponemos cerca de la puerta y salimos cuendo llora para no molestar a nadie. No hacía falta que me lo dijera y, mucho menos, que me amenazara con expulsarnos». Finalmente, siempre según su relato (y el de compañeras de su mujer), después de esperar más de tres cuartos de hora con el niño en brazos en el pasillo y del «mal trato recibido», Raúl decidió no ocupar su asiento. No pudo presenciar la graduación de su esposa (40 años), quien, relata, «estuvo disgustada toda la mañana». «Los bedeles del Conde Ansúrez se portaron a la perfección, me ayudaron a subir el cochecito por las escaleras», cuenta Raúl, quien recuerda que el problema vino por parte de la organización.

Fuentes de la Universidad explicaron que aunque se suelen entregar invitaciones para evitar la aglomeración de asistentes a las ceremonias de graduación, no existe «ni instrucción concreta» ni ninguna prohibición de que entren bebés a este tipo de actos. Recuerdan que la organización de las graduaciones corresponde a cada centro. Aunque existe un guion más o menos compartido (intervención del decano, de los estudiantes, imposición de bandas, en algunos casos reconocimiento también a los que terminan el máster), es cada facultad la que fija los criterios de cada ceremonia, «en algunos casos organizada incluso por los propios estudiantes».

Sin instrucción

En este caso, la graduación de Logopedia corrió por cuenta de la Facultad de Medicina. Su decano, José María Fidel, aseguró desconocer el incidente, que atribuyó, en todo caso, a un comportamiento «particular», ya que, como precisó, no hay ningún tipo de prohibición. De hecho, recordó, entraron niños en la graduación de Medicina sin ningún problema. Fidel lamentó el incidente.

«Si en la invitación hubieran puesto de forma específica que no se podía ir con bebés, nos habríamos buscado la vida. Como si te invitan a una fiesta y dicen que tienes que ir con etiqueta: si te presentas con playeros sabes a lo que te expones. Pero es que no ponía nada», indica Raúl. Desde la Universidad lamentaron el incidente, atribuyeron la situación «a un caso concreto» e insistieron en que no hay trabas al acceso con bebés a este tipo de actos.

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