Casi cinco años de prisión por estafar con pólizas falsas
La pena pactada con la Fiscalía conlleva una indemnización de 80.000 euros que el acusado no podrá pagar por ser insolvente
El acusado, Óscar F. M., de 48 años, que estafó cerca de un millón de euros a 44 clientes cuando era corredor de seguros en ... Boecillo, se conformó ayer con la pena propuesta por la Fiscalía, de cuatro años de prisión y el pago solidario (con su empresa, Cealex Siglo XXI) de una indemnización de 80.000 euros. Una cuantía que, reconoció su propio letrado a la salida de la Audiencia de Valladolid, no podrá pagar porque es insolvente.
El exagente exclusivo de la aseguradora Zurich, reincidente y que tiene otras cinco causas pendientes por estafa –la defensa espera que, con este fallo de la Audiencia vallisoletana, los veinte años a los que se enfrenta por las otras cinco causas que tiene por estafa se «refundan» y pueda reducir la condena a ocho– posiblemente no pase en prisión más de año y medio, pues ya ha cumplido en preventiva parte de la pena. El recluso está confinado en el centro penitenciario de Segovia.
El magistrado presidente de la Sección Cuarta, José Luis Ruiz Romero, emitió ayer sentencia de viva voz y se aseguró de que el acusado no la iba a recurrir antes de despejar la sala. El fallo le condena como autor de un delito continuado de estafa en concurso con un delito continuado de falsedad en documento mercantil. Además de la inhabilitación especial al derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, se le impone una multa de doce meses con cuota diaria de seis euros y responsabilidad personal subsidiaria de un día de prisión por cada dos cuotas impagadas, más las costas del proceso judicial.
El fallo considera probado que el exagente de seguros estafó a sus clientes por cuantías que, en total, suman más de 285.000 euros. La estafa más pequeña fue de 100 euros. Ayer no compareció la acusación particular porque a la perjudicada ya se le había abonado la cuantía estafada. La Fiscalía solicitaba inicialmente para el acusado una pena de seis años de prisión e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante la condena, y doce meses de multa con cuota diaria de diez euros.
Tal y como había pedido el fiscal en su informe provisional, en la sentencia se le aplica el agravante de reincidencia, pues ya fue condenado por estafa en 2014. Al acusado y a la sociedad una indemnización que suma lo defraudado en las pólizas más los i.
Óscar F. M. era agente exclusivo de la entidad aseguradora Zurich en Boecillo y constituyó la sociedad Cealex Siglo XXI SL, de la que pasó a ser administrador único el 18 de noviembre de 2013. La sociedad actuaba con el nombre comercial Centro Asegurador. El acusado, aprovechando su condición de corredor de seguros y agente comercial y la publicidad que tenía de la aseguradora Zurich, iba captando clientes y ganándose su confianza para tramitar seguros de vehículos, viviendas, locales, seguros de ahorro y «con el ánimo de obtener beneficio económico ajeno, lograba que los clientes le entregaran en mano el dinero en metálico o realizaban una transferencia a su cuenta» en la Caixa. Tras recibir el ingreso, sostiene la Fiscalía, «sacaba la cantidad inmediatamente desde un cajero automático y se quedaba con el dinero sin tramitar los seguros que le encomendaban». Después, cuando los clientes le preguntaban al respecto, «les daba largas y les indicaba que habría algún error y que lo resolvería». Las estafas se sucedieron desde el 1 de agosto de 2012 hasta diciembre de 2015 y afectaron a 44 clientes.
Control de tráfico
El tinglado que había montado el corredor se descubrió en octubre de 2015 de manera fortuita. La Guardia Civil, en un control rutinario de tráfico, paró a un conductor en Granada. Entregó los papeles a los agentes y se quedó estupefacto cuando le dijeron que conducía sin seguro. El hombre aseguraba que había suscrito la póliza a través de un mediador de seguros de Boecillo y, tanto insistió, que la Benemérita comenzó una investigación que culminó con la detención de Ó. F. M. Los perjudicados, además de que sus pólizas eran falsas, se quedaban al descubierto ante posibles percances.
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